Las startups financieras están transformando cómo América Latina maneja el dinero.
Lo que comenzó como un nicho se ha convertido en un fenómeno imparable. Hoy, estas compañías han recibido más de la mitad de toda la inversión en startups de la región.
Las startups financieras están transformando como América Latina maneja el dinero. Lo que comenzó como un nicho se ha convertido en un fenómeno imparable. Hoy, estas compañías han recibido más de la mitad de toda la inversión en startups de la región.
Los números lo revelan. Según Crunchbase, apenas durante el primer trimestre del año, las fintech acapararon el 50% del capital destinado a nuevas empresas de servicios financieros. Casos como Plata lo demuestran. En marzo levantaron $160 millones de dólares en una sola ronda de inversión, alcanzando una valoración récord de $1,500 millones de dólares. No fue el único. Casi al mismo tiempo, Mendel, una plataforma de gastos corporativos, aseguró $35 millones de dólares en financiamiento.
El crecimiento es exponencial. Según el BID, en solo seis años (2017-2023) el número de fintech en la región se multiplicó por cuatro, pasando de 703 a más de 3,000.
Una alternativa a la banca tradicional
Esto se debe a que millones de latinoamericanos siguen fuera del sistema bancario tradicional, y estas empresas están llegando donde los bancos no.
La adopción masiva de fintech surge en un contexto donde los bancos tradicionales enfrentan dificultades para ofrecer servicios ágiles y multicanal. Las startups financieras están redefiniendo la accesibilidad, especialmente mediante soluciones como las billeteras digitales.
«Las billeteras digitales son una de las herramientas que lo hacen posible, especialmente en comercios físicos», afirma Yaacov Martin, CEO de Jifiti.
En 2024, estas representaron el 53% de las transacciones en comercio electrónico y el 32% del gasto en puntos de venta. Se proyecta que, para 2029, más de dos tercios de la población global utilizará una billetera digital.
Hoy, tanto empresas como individuos acceden a capital de forma más rápida y eficiente. «Las fintech eliminan obstáculos como trámites largos, aprobaciones lentas y modelos de riesgo obsoletos, reemplazándolos con procesos intuitivos que se adaptan a las necesidades de negocios modernos», explica Martin. Esta agilidad incrementa las tasas de adopción y conversión, facilitando el acceso a financiamiento en el momento exacto de la compra.
El desafío del efectivo: la brecha digital persiste
Pese al avance, la región aún enfrenta barreras para consolidar un ecosistema financiero plenamente digital. La preferencia por el efectivo sigue siendo un lastre, especialmente en mercados con alta informalidad, como México.
«México sigue siendo una economía altamente orientada al efectivo, y muchos negocios aún operan en la informalidad», señala María Camila Quiñones, Business Advisory Services Delivery Director en Slalom.
La informalidad, aunque ofrece flexibilidad laboral, perpetúa la exclusión: negocios no registrados carecen de acceso a crédito, servicios bancarios o participación en la economía digital.
Para que las fintech y otros actores impulsen una formalización efectiva, será necesario implementar medidas audaces que demuestren el valor tangible de integrarse al sistema financiero formal. La inclusión no solo requiere innovación, sino también soluciones que atiendan las realidades socioeconómicas de la región.
Fuente: Entrepreneur