Del efectivo al crédito digital, cómo las fintechs lideran la inclusión financiera en Colombia y Latinoamérica, la transformación digital de los servicios financieros en Latinoamérica ya no es una proyección a futuro; es una realidad palpable que está redefiniendo fundamentalmente el panorama económico de la región. Un reciente estudio de McKinsey confirma un hito significativo: las tarjetas de débito han superado al efectivo como el principal método de pago en los países hispanohablantes de Latinoamérica. Esta migración del dinero físico a las transacciones electrónicas es un claro indicador de una sociedad cada vez más digitalizada y de una creciente confianza en los canales financieros modernos. En este contexto de avance en la adopción de la banca digital, las fintechs y otras instituciones no bancarias están elevando su apuesta, focalizándose progresivamente en una arista crucial y de alto impacto social: la concesión de crédito. Este cambio de énfasis, desde los pagos y el débito hacia el crédito, es un paso vital para lograr una verdadera inclusión financiera y desbloquear el potencial económico de millones de personas y pequeñas empresas.
Esta evolución cobra una relevancia aún mayor si se considera el crecimiento sostenido y exponencial del ecosistema fintech en la región. Un estudio conjunto del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y Finnovista revela cifras impactantes: el número de empresas fintech en Latinoamérica y el Caribe experimentó un crecimiento vertiginoso del 340% en solo seis años, superando las 3.000 startups en 2023. Dentro de este boom regional, Colombia ha logrado capitalizar su potencial de manera excepcional, consolidándose como un centro neurálgico para las fintechs en Latinoamérica. El informe ‘Ecosistema Fintech en Colombia 2025’, elaborado por Finnovista, MasterCard y Galileo, destaca la notable evolución del país, con casi 400 startups activas en 2024, lo que representa un aumento del 6.8% respecto a 2023. Con estas cifras, solo Brasil y México superan a Colombia en número de empresas fintech en la región, un testimonio de la innovación y el dinamismo del sector colombiano.
La Paradoja del Crédito: Gran Presencia, Pequeña Cuota de Mercado
El informe también detalla una clara diversificación del sector fintech en Colombia, con la identificación de 12 distintos segmentos de negocio. Paradójicamente, a pesar de esta diversidad, el sector de préstamos encabeza la lista, representando el 28.4% del ecosistema con 112 empresas. Le siguen las soluciones de pago y remesas, con un 18.5% (73 empresas). Sin embargo, esta significativa presencia de fintechs enfocadas en préstamos contrasta notablemente con su relativamente baja cuota de mercado crediticio global. Esto revela una brecha considerable entre el potencial y la realidad en el acceso al crédito. La diversidad del ecosistema, por lo demás, es un reflejo de una industria en constante desarrollo y de una demanda cada vez más sofisticada por servicios financieros digitales que van más allá de las transacciones básicas.
Abdul Assal, Director de Desarrollo de Negocios para Brasil y Colombia, subraya esta paradoja como una oportunidad monumental: “La relativamente baja participación de las fintechs en la concesión y gestión del crédito representa una enorme oportunidad, no solo para el sector fintech, sino para la sociedad en su conjunto. Se podría argumentar que, sin la provisión de crédito asequible y accesible, la verdadera inclusión financiera nunca se logrará”. Assal enfatiza que el crédito es un motor transformador: «permite a los consumidores mitigar el riesgo y planificar el futuro». La clave, añade, es que el crédito «solo necesita estar disponible de una manera relevante y asequible, precisamente en lo que las fintechs destacan tradicionalmente”. La promesa de las fintechs reside en su capacidad para innovar en modelos de evaluación de riesgo, reducir costos operativos y personalizar la oferta, haciendo el crédito accesible a segmentos históricamente desatendidos.
Superando Barreras: Innovación y Colaboración para la Expansión Crediticia
Un estudio reciente de la agencia de calificación crediticia TransUnion, en colaboración con otros expertos, ofrece una perspectiva sobre la penetración actual. Al comparar el crédito de libranza (un tipo de préstamo con descuento directo de nómina o pensión) entre los sectores financiero tradicional y solidario con el sector fintech durante el primer trimestre de 2025, se evidencia una variación anual del 9% y del 6%, respectivamente. Estas cifras, aunque positivas, muestran que las fintechs, a pesar de su crecimiento exponencial en número de empresas y usuarios, aún tienen un camino significativo por recorrer para equiparar la penetración crediticia de los actores tradicionales.
La razón principal de esta brecha radica en que las fintechs, a menudo, han enfrentado dificultades para acceder a los mismos fondos de capital y sortear las complejas complejidades regulatorias de las que se benefician los bancos tradicionales para la concesión de crédito a gran escala. La banca tradicional cuenta con estructuras de financiación más consolidadas y una familiaridad arraigada con el marco regulatorio que, históricamente, ha sido diseñado pensando en modelos bancarios convencionales.
Sin embargo, el panorama está cambiando. La clave para la expansión del crédito fintech reside en alianzas innovadoras y en el aprovechamiento de datos alternativos para una sólida evaluación de riesgos. Esta aproximación permite a las fintechs financiar a poblaciones anteriormente desatendidas, impulsando así la competencia en el mercado crediticio y fomentando un crecimiento más inclusivo. Un ejemplo paradigmático de esta estrategia es la fintech brasileña Nu (Nubank), que se ha consolidado como el neobanco más grande del mundo. A finales de 2024, Nu contaba con la asombrosa cifra de 114.2 millones de clientes a nivel mundial y ha centrado su estrategia de crecimiento precisamente en ofrecer productos crediticios de menor costo a consumidores no bancarizados o sub-bancarizados. Su éxito radica en su capacidad para analizar datos no tradicionales y construir perfiles crediticios donde los modelos convencionales no ven historial.
El Poder de los Datos Alternativos y la Agilidad Digital
Gracias a sus ágiles plataformas digitales y su capacidad para aprovechar nuevas fuentes de datos, las fintechs se encuentran en una posición privilegiada para atender a segmentos desatendidos por las instituciones financieras tradicionales. Estos segmentos incluyen, de manera prominente, a las microempresas (que a menudo carecen de las garantías o historiales formales que exigen los bancos) y a personas sin un historial crediticio convencional (aquellos que son «invisibles» para el sistema bancario tradicional).
El caso de Nu (Nubank) es ilustrativo de cómo los algoritmos de IA y el análisis de datos alternativos pueden democratizar el acceso al crédito. Su algoritmo de aprobación de crédito, por ejemplo, puede aprobar a alrededor del 40% de los clientes que no podrían obtener crédito de fuentes tradicionales. Esto se logra mediante el análisis de patrones de comportamiento digital, historial de pagos de servicios, interacción con aplicaciones, y otros datos que, combinados de manera inteligente, permiten construir un perfil de riesgo más completo y preciso que el de los modelos tradicionales basados únicamente en historiales crediticios formales. Esta capacidad de innovación en la evaluación de riesgo es lo que permite a las fintechs llegar a la «base de la pirámide» económica.
Además de los préstamos tradicionales, las finanzas integradas (embedded finance) y los productos de préstamo a medida (tailored lending) ofrecen a las fintechs oportunidades significativas para generar importantes fuentes de ingresos, al mismo tiempo que cumplen su promesa intrínseca de inclusión financiera integral. Las finanzas integradas, por ejemplo, permiten que los servicios financieros (como préstamos o seguros) se ofrezcan directamente en el punto de necesidad del cliente, dentro de plataformas no financieras (como aplicaciones de comercio electrónico o plataformas de movilidad). Esto reduce la fricción, simplifica el proceso y hace que el crédito sea accesible de una manera contextualizada y relevante. Los productos a medida, por su parte, se diseñan específicamente para las necesidades de nichos de mercado, reconociendo la diversidad de realidades financieras.
El Camino Hacia una Inclusión Financiera Integral y Sostenible
Para materializar esta enorme oportunidad y llevar la inclusión financiera a un nuevo nivel, será necesaria una colaboración continua y estratégica entre los diversos actores del ecosistema:
- Innovadores (Fintechs): Deben seguir desarrollando soluciones creativas, eficientes y tecnológicamente avanzadas para la evaluación de riesgos, la originación de crédito y la gestión de cartera. Su agilidad y capacidad para identificar nichos desatendidos son cruciales.
- Inversores (Capital): Es fundamental que los fondos de capital de riesgo, los bancos de desarrollo y otros inversionistas sigan apostando por el sector fintech, proporcionando el capital necesario para que estas empresas escalen sus operaciones crediticias. La confianza en la rentabilidad y el impacto social de estas inversiones es clave.
- Reguladores (Marcos Legales): Los entes reguladores tienen un papel vital en la creación de un marco legal y normativo que sea flexible, innovador y que fomente la competencia, pero que a la vez garantice la protección del consumidor y la estabilidad del sistema financiero. Esto implica adaptar las regulaciones tradicionales a las nuevas realidades de las fintechs, evitando la sobrerregulación, pero también asegurando la solvencia y la transparencia.
El objetivo final de esta colaboración es construir un ecosistema donde el crédito sea tan accesible y eficiente como lo han sido los pagos digitales. La transformación de los métodos de pago, desde el efectivo a la tarjeta de débito y las transferencias instantáneas, ha sido un primer paso crucial. El siguiente y más desafiante es asegurar que el crédito, esa herramienta transformadora que permite a las personas y empresas invertir, crecer y mitigar riesgos, esté al alcance de todos.
La inclusión financiera no es solo un concepto noble; es un imperativo económico y social. Al empoderar a más personas con acceso a servicios financieros básicos como el crédito, se fomenta el emprendimiento, se reduce la informalidad, se impulsa el consumo productivo y se crea una base económica más sólida y equitativa. Las fintechs, con su espíritu disruptivo y su enfoque en la tecnología, están demostrando ser los actores clave en esta nueva fase de la inclusión financiera en Colombia y en toda Latinoamérica. Su crecimiento sostenido, su diversificación de servicios y su creciente enfoque en el crédito son señales claras de que están reescribiendo las reglas del juego, no solo para la banca, sino para el futuro económico de la región.
Fuente: América Retail
