Ley Fintech en México necesita ajustes: fue innovadora, pero ya está rezagada

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La Ley para Regular las Instituciones de Tecnología Financiera, también conocida como Ley Fintech de México, fue publicada en marzo del 2018 y se convirtió en una regulación pionera en su tipo dentro de Latinoamérica; sin embargo, a cinco años de su entrada en vigor, ésta ya no corresponde a la realidad del mercado fintech mexicano.

Desde su entrada en vigor hasta la fecha, los actores del ecosistema fintech han identificado áreas de oportunidad en la ley para su actualización y mejora, por ejemplo, en tiempos de autorización, publicación de leyes secundarias y temas de competencia.

“Es justo y necesario que las autoridades financieras realicen una evaluación de esta regulación, que realmente detonen los beneficios que las fintech tienen que ofrecer a los mexicanos. Hay disposiciones pendientes de emitirse e incluso hay una falta de definición de criterios, cuya ausencia provoca que esta certeza jurídica que tenemos se vaya perdiendo”, comentó Ernesto Calero, presidente de la Asociación Fintech México.

Los números actuales

Actualmente, se tienen contabilizadas 49 entidades con el aval definitivo para operar bajo la Ley Fintech, de las cuales 32 pertenecen a la figura de Institución de Fondos de Pago Electrónico (IFPE) y 17 a la de Instituciones de Financiamiento Colectivo (IFC).

De acuerdo con datos solicitados por transparencia, estas 49 entidades apenas representan 31% de las 157 solicitudes presentadas a la Comisión Nacional Bancaria y de Valores para ser autorizadas.

Asimismo, el regulador ha recibido 8 solicitudes para operar bajo el concepto de Modelo Novedoso (sandbox); sin embargo, gran parte de éstas han desistido al no tener claro este capítulo de la ley, que se estableció para darle entrada a las innovaciones que todavía no caben en ninguna regulación financiera.

“Si bien existe una regulación al respecto, al día de hoy no se ha logrado que las autoridades financieras autoricen ninguna (de modelos novedosos), las propias disposiciones son restrictivas, se tiene que trabajar en ajustes para hacer un esquema mucho más amigable”, indicó Calero.

En ese sentido, Jorge Ortiz, director ejecutivo de la firma Tan Tan y fundador de Fintech México, coincidió en que es necesaria una revisión al modelo de sandbox para verificar en qué aspectos es necesario realizar ajustes.

“Pese a que era una gran aportación al sistema legal mexicano no ha sido exitoso dado que no existe ningún proyecto (autorizado)”, explicó Ortiz.

No hay negocio para IFPE

Si bien, para el modelo de las IFPE la normativa resultó atractiva en el inicio, prueba de ello es la incursión de grandes firmas como Oxxo o Mercado Libre a éste, es necesario una actualización a su normativa, con el fin de que las firmas tengan más posibilidades de crear negocios funcionales.

“Las actividades que tienen permitidas hacer las IFPE son muy restrictivas, es necesario evaluar que se debe actualizar para que sean rentables. Si a las restricciones le sumamos temas de competencia como la segunda nube y la ausencia de una garantía como un seguro, no hay forma de que sean rentables”, explicó Calero.

Hace algunos días se dio a conocer que el gigante Walmart adquiriría una IFPE autorizada, pero semanas antes, la firma Trafalgar Digital, una de las primeras autorizadas, anunció una pausa a su funcionamiento, sin explicar el motivo.

Otro de los temas pendientes para la Ley Fintech, es el relacionado con las criptomonedas y activos digitales en general, donde se ha señalado la necesidad de una actualización a la normativa, luego de que hace algunos años Banco de México estableció que estas herramientas deben de tener una distancia del sistema financiero tradicional.

Expectativa por open finance

En cuanto a las finanzas abiertas (open finance) contemplado en el artículo 76 de la Ley Fintech, son amplias las expectativas debido a los potenciales beneficios que puede generar este modelo al sistema financiero en general y a sus usuarios.

La normativa prevé tres tipos de datos a intercambiar:

  • Financieros abiertos, es decir ubicación de sucursales o cajeros automáticos.
  • Datos agregados, que es la estadística operativa de las entidades financieras.
  • La información transaccional de sus usuarios, siempre y cuando estos concedan el permiso para hacerlo.

Hasta el momento, la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) ha emitido la disposición secundaria respecto a datos abiertos de cajeros automáticos y otros productos y se espera, desde finales del 2021, la publicación de las reglas para el intercambio de datos transaccionales.

“Ya existe un ecosistema completamente operativo con reglas claras y demás; sin embargo, hay que acelerar el modelo, donde se detone la oferta o creación de productos o servicios y donde el ganador sea el usuario final”, expresó Ortiz.

De acuerdo con lo mencionado por Calero, es crucial que dichos cambios se materialicen antes de la llegada de un nuevo proceso electoral, ya que posteriormente, será complicado colocar estos temas en la agenda legislativa y en las prioridades de los próximos gobiernos.

Fuente: El Economista

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