LA INNOVACIÓN: UN TEMA CENTRAL EN EL CONGRESO ECONÓMICO ARGENTINO 2016

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Cómo innovar desde lo institucional, lo tributario, lo regional, el marketing y la producción agropecuaria fueron algunos los temas abordados en el panel “El enorme desafío de ser más competitivos”, que se llevó a cabo en la segunda jornada del Congreso Económico Argentino, cuarta edición, en el marco de la Exposición Argentina de Economía, Finanzas e Inversiones (Expo Efi), realizada en el Hotel Hilton Puerto Madero de Buenos Aires por Invecq Consulting.

El panel se inauguró con la presentación de Mariano Mayer, titular de la Secretaría de Emprendedores y Pequeñas y Medianas Empresas del Ministerio de Producción de la Nación. “Es clave que los emprendedores y las pymes se vuelvan más competitivos y más productivos”, sostuvo el funcionario, ya que son los motores del empleo. En ese sentido, sostuvo que los avances tecnológicos representan una enorme oportunidad para la Argentina.

Con el objeto de aprovecharla, indicó que desde su repartición están trabajando junto con el Ministerio de Educación en introducir contenidos para potenciar el capital humano. Pero además, indicó que buscan impulsar la innovación productiva y el financiamiento, en clústers y cadenas de valor, ofreciendo un marco regulatorio que no condicione la competitividad de las empresas. “Queremos poner reglas de juego que fomenten la competencia y simplificar la vida de las pymes y los emprendedores, para que sean los grandes protagonistas de lo que se viene”, concluyó.

A renglón seguido, Guillermo Pérez, CEO y fundador de Grupo GNP, abordó el tema de la innovación desde lo tributario, obviamente siempre dentro del marco legal. Es que, explicó, dos terceras partes de la rentabilidad de las empresas se las lleva el fisco. Para ello, indicó que “se necesita implementar una estrategia fiscal capaz de modificar la manera de concebir los negocios desde su génesis, para lograr un impacto fiscal más favorable”. En ese sentido, sostuvo que “lo más importante es realizar proyecciones fiscales”.

José María Segura, economista jefe de PwC Argentina, lo siguió en el turno de la palabra para encarar el tema de la innovación desde la puesta en valor de las regiones de nuestro país. “El desafío -aseguró- es integrar las regiones como estructuras que puedan acoplarse a las cadenas de valor globales.” Al respecto, dijo que “si bien la devaluación y la baja de retenciones produjeron una mejora de los precios netos que reciben los productores, no se puede basar la estrategia competitiva en el tipo de cambio, ya que siempre se van a producir shock externos.”

Para mejorar la productividad, entonces, se requiere optimizar la infraestructura de transporte por ferrocarril. Indicó que el Plan Belgrano es una buena alternativa para poner en valor los recursos del Norte, con una inversión de 16.000 millones de dólares, pero si la financiación es vía deuda habría que considerar la estabilidad macroeconómica de largo plazo y que pueda repagarse mediante la generación de divisas.

Segura también propuso probar con un mecanismo voluntario del sistema financiero que permita intermediar entre la renta del agro y algunos proyectos que pueden diversificar la matriz productiva de la Argentina. En ese sentido, mencionó la potencialidad de las industrias farmacéutica, biotecnológica, de transporte ferroviario, de software y servicios profesionales, y de turismo. “Tenemos que resolver los problemas coyunturales pero teniendo en claro cuál es el modelo de país que queremos para el largo plazo”.

A continuación, el periodista Claudio Destéfano se introdujo en el tema desde la perspectiva de los negocios disruptivos, citando como ejemplo a Uber y al Real Madrid. Pero también casos argentinos como los de Cabrales y sus cápsulas compatibles con Nespresso aunque 20% más baratas; Eat Catering y la proliferación del finger food en los eventos; la Clínica Suizo Argentina, con la hotelería al servicio de la maternidad, y la escuela de pintores VanGo.

El cierre estuvo a cargo de Juan Farinati, CEO de Monsanto, que se refirió a cómo la innovación está ayudando a ampliar la producción de alimentos. De esa manera, la Argentina llegó a producir 91 millones de toneladas de maíz, soja y trigo, duplicando los valores de veinte años atrás, gracias a la expansión de la frontera agrícola, al crecimiento de los rendimientos, producto del ingreso de los organismos genéticamente modificados. “Estamos pensando en qué hacer para que Argentina llegue a 180 millones de toneladas en 2025. Eso representaría para el país un aumento de las exportaciones del 4,5% anual en los próximos diez años y elevar el empleo de 2,7 millones a 3,4 millones de personas”, completó.

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