Las fintech, con su agilidad, uso intensivo de datos y mentalidad innovadora, pueden aportar nuevas formas de anticipar amenazas y capturar oportunidades. ¿Cómo?
Los Chief Risk Officers (CRO) o directores de riesgo de las instituciones financieras, tradicionalmente enfocados en control y cumplimiento, tienen la oportunidad invaluable para hacer uso de las fintech como aliadas, no como competidoras. Un reciente estudio de Boston Consulting Group y el Politécnico de Milán, propone una mirada distinta, más estratégica, para la gestión del riesgo.
En un contexto donde los riesgos se multiplican y se vuelven más complejos, desde la ciberseguridad hasta la volatilidad política o climática, los modelos tradicionales de gestión ya no son suficientes. Las fintech, con su agilidad, uso intensivo de datos y mentalidad innovadora, pueden aportar nuevas formas de anticipar amenazas y capturar oportunidades que la banca tradicional y las grandes corporaciones aún no logran dimensionar.
Los CRO de todo el mundo están llamados a convertirse en verdaderos orquestadores de valor, integrando la tecnología en cada fase del proceso de gestión de riesgo. En América Latina, donde los sistemas financieros aún combinan prudencia con burocracia, la integración con fintechs podría acelerar esa transición.
En el caso colombiano, el momento no podría ser más propicio. La creciente digitalización del sistema financiero, el avance de la regulación open finance y el fortalecimiento de la Superintendencia Financiera crean el terreno ideal para que los CRO reimaginen su rol. Ya no se trata solo de evitar pérdidas, sino de usar la data para generar resiliencia, identificar nuevos patrones de comportamiento y construir confianza en tiempo real.
Además, las fintech colombianas, que han pasado de ser startups emergentes a actores robustos en segmentos como lending, insurtech o pagos digitales, tienen algo que la banca tradicional aún busca: flexibilidad para probar, medir y escalar soluciones rápidamente. Esa velocidad puede ser una ventaja estratégica para los departamentos de riesgo que, con la mentalidad adecuada, pueden co-crear modelos predictivos o escenarios de estrés mucho más precisos y dinámicos. En lugar de ver la innovación como un territorio ajeno, los directores de riesgo pueden convertirse en sus principales catalizadores.
En algunos paises, esta evolución ya está ocurriendo. Nuestro reporte destaca cómo la colaboración entre grandes instituciones y fintechs está redefiniendo la frontera entre riesgo y oportunidad. Un enfoque conjunto permite, por ejemplo, acelerar la detección de fraude mediante algoritmos de machine learning, automatizar procesos de cumplimiento y mejorar la trazabilidad de datos sin incrementar los costos operativos. En un país como Colombia, donde el ecosistema fintech supera las 350 compañías activas y continúa expandiéndose, el desafío es aprovechar esa capacidad innovadora sin comprometer la estabilidad.
Para lograrlo, la clave está en diseñar esquemas de gobernanza que equilibren velocidad y control, colaboración y regulación. Si se alcanza ese balance, los CRO no solo protegerán a las instituciones que representan, sino que se convertirán en motores de transformación empresarial con una voz más influyente en las juntas directivas. Y es que, cada vez más, la gestión del riesgo deja de ser una función aislada para convertirse en un habilitador de crecimiento.
Hoy, la figura del Chief Risk Officer ya no puede limitarse a apagar incendios. Su mayor contribución está en conectar tecnología, estrategia y sostenibilidad. Quienes entiendan que el riesgo es también una fuente de innovación, serán los que lideren la próxima ola de crecimiento financiero. La mejor forma de proteger el futuro es construirlo de la mano de quienes lo están redefiniendo: las fintech.
Por: André Lemos*
*El autor es managing Director & Partner de Boston Consulting Group (BCG).
Fuente: Forbes Colombia




