Los efectos del teletrabajo que prevé el mercado inmobiliario en Chile

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Fuente: Emol

Los expertos aseguran que el trabajo a distancia «llegó para quedarse», lo que llevará a generar nuevos hábitos en los consumidores de viviendas y a los que las inmobiliarias deberán adaptarse.

Iniciaba marzo, el coronavirus se instalaba en el país y las empresas comenzaban a alistarse para poner a prueba un sistema que convencía a algunas y a otras no del todo: el teletrabajo. Si bien ya había un puñado de firmas que estaban dando sus primeros pasos en ese sentido, la irrupción del covid-19 lo aceleró todo y al parecer, según el consenso, la calificación ha sido positiva y el trabajo a distancia sería una realidad generalizada en el Chile post pandemia.

Así, el impacto que tendrá la implementación permanente del teletrabajo en un alto porcentaje de trabajadores podría manifestarse de varias formas, una de ellas, los hábitos de oferta y demanda de viviendas. Y si bien la industria inmobiliaria no está pasando por tiempos alegres producto de la fuerte baja de ventas a raíz de la contingencia, sí se preparan para ello.

«Se ha derribado el mito del teletrabajo. La realidad nos ha demostrado que sí es posible realizar el trabajo a distancia, es posible lograr la productividad deseada en algunas áreas y es posible perdurar en el tiempo esta modalidad para algunas áreas de la compañía, y no solo para casos de emergencia como lo vistos estos últimos meses, sino de manera permanente», aseguró Enrique del Campo, gerente del área de oficinas de Colliers International.

La modalidad de trabajo remoto es un tema que no solo está ganando espacio en Chile, sino que también entre los vecinos. Según un reciente estudio realizado por Digital Bank Latam, donde se consultó a 220 ejecutivos de la industria financiera latinoamericana, el 98% afirmó que está teletrabajando en algún grado. Y en el plano local, según la Asociación Chilena de Seguridad (ACHS), a mediados de abril el 95% de las empresas chilenas se encontraba haciendo uso de esta herramienta, y el 66% de ellas no tenía fecha de término para ello, lo que dejaba luces respecto a la probabilidad de que no solo estarían pensado utilizar esto en medio de la crisis. Según Del Campo, el ‘home office’ permitirá a las empresas hacer un uso «más eficiente de sus espacios y dar mayor bienestar a los trabajadores, a la vez que se aumenta la productividad», sumado a que el teletrabajo masivo, explicó, podría ser un motor de transformaciones en el modo de vida de las personas, lo que conllevaría a un cambio de hábitos a la hora de comprar viviendas.

«Va a generar una transformación de los espacios de las viviendas, no necesariamente a mayores dimensiones, sino mejor adaptadas», como la «transformación de los dormitorios para poder trabajador durante el día. Los espacios deberán ser más adaptables a los requerimientos individuales. La modificación de los estándares o paradigmas de interiores se modificarán», aseguró.

En tanto, según Javier Varleta, gerente de estudios inmobiliarios de GFK Adimark, si bien antes del coronavirus ya había inmobiliarias que estaban tomando «ciertas acciones», como salas especiales para el teletrabajo, ahora producto de los efectos de la pandemia «todos los proyectos inmobiliarios van a tener espacios especiales para esto», incorporando no solo zonas para trabajar a distancia, sino que además, por ejemplo, sectores especiales para los niños. «Esto viene para quedarse, es algo que va hacer cambiar, por el lado inmobiliario, la forma en que se hacen los proyectos (…). Si la gente quiere trabajar en sus casas, va a empezar a demandar proyectos que tengan espacios para ello. Claramente el sector inmobiliario se va a tener que reinventar», aseguró.

Mientras que el director de clasificados de Mercado Libre, Daniel McCleary, expuso que «todo apunta a que esta manera de trabajar podría desarrollarse de forma más permanente y provocar que muchos necesiten acomodar sus espacios». Por ello, no descartó que puedan surgir «hipotéticos cambios funcionales en las unidades, por ejemplo, que en términos estructurales y de espacio no haya grandes variaciones en los futuros proyectos, pero que puedan añadirse funcionalidades que hasta el momento no se creían necesarias».

Alza de demanda en zonas periféricas

Por otro lado, Del Campo advirtió que el teletrabajo traerá una fuerte disminución en lo se refiere a traslados de las personas a las oficinas, estimando una variación a la baja de entre 40% y 60%, y ello podría gatillar en un segundo efecto para el mercado inmobiliario: «Un aumento en la demanda de casa de comunas periféricas», dijo, aunque afirmó que la tendencia por viviendas en el centro de las ciudades continuará siendo «muy mayoritaria».

Un punto que comparte Varleta, quien expuso que el trabajo a distancia efectivamente «podría incentivar a que la periferia se desarrolle en mayor medida, ya que con el teletrabajo los tiempos de traslado ya no son un tema». Incluso, continuó, esto también llevará a que «las mismas empresas se van a dar cuenta de que no van a necesitar una oficina tan grande para poder funcionar». Todo lo anterior, afirmó, contribuirá «de todas maneras» a descongestionar las zonas de mayor aglomeración en las ciudades.

Por su parte, McCleary comentó que es posible que se observe «un cambio en la tendencia de búsqueda de las viviendas, optando por casas o departamentos más amplios y alejados de los centros de negocios». «En la medida de que se puedan seguir eficientando las redes de conectividad de transporte público, no solo de metro, sino también de trenes, con poblados y ciudades cercanas, las personas podrías acceder a mayor espacio sin que implique necesariamente pagar un monto más alto o complejizar el acceso a sus lugares de trabajo o estudios cuando requieran acudir», concluyó.

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