El desplome de monedas digitales se intensifica mientras el mercado de derivados anticipa nuevos riesgos y aumentan los movimientos de carteras inactivas. Empresas vinculadas al ecosistema enfrentan presión ante la volatilidad reciente.
El precio de Bitcoin atraviesa una de las caídas más pronunciadas desde 2022, al perforar el nivel de USD 85.000 durante la jornada de este viernes, en un contexto marcado por una fuerte recomposición de expectativas globales y presiones de venta originadas en billeteras dormidas. De acuerdo con datos de mercado, el criptoactivo llegó a operarse a USD 83.782 en su valor más bajo del día, lo que representa una pérdida superior al 33% respecto de su máximo histórico de USD 126.080 anotado el pasado 6 de octubre de 2025. En tan solo 24 horas, la moneda digital retrocedió más del 7% y acumuló en el último mes una caída superior al 20 por ciento.
Este movimiento sacudió tanto al segmento de inversores minoristas como a gestores institucionales. Si bien otros activos globales sufrieron oscilaciones, el deterioro de Bitcoin superó el ritmo de pérdidas exhibido por mercados bursátiles. Entre las principales criptomonedas también se registraron bajas: Ethereum descendió un 10% y XRP cedió 9%, acompañando un fenómeno de ajuste generalizado.
La presión vendedora sobre Bitcoin se vinculó con la reaparición de grandes volúmenes provenientes de billeteras digitales que se mantuvieron inactivas durante años. CoinDesk apuntó que estos movimientos se concentraron en operaciones dentro de plataformas centralizadas, impulsadas por actores que trasladaron decenas de miles de unidades tras largos periodos de inmovilidad. La oferta surgida de estos movimientos superó la demanda de compra activa, lo que inclinó la balanza hacia un predominio de las órdenes de venta.
Según informó CoinDesk, gestores de fondos y operadores institucionales ajustaron posiciones para preservar ganancias acumuladas, priorizando el resguardo sobre la toma de nuevas exposiciones. Esta actitud potenció la debilidad de la liquidez disponible en puntos de soporte clave del gráfico técnico. El entorno de volatilidad también se trasladó al mercado de derivados de criptomonedas.
En los contratos de futuros y opciones sobre Bitcoin, los participantes del mercado comenzaron a privilegiar estrategias defensivas focalizadas en la cobertura ante depreciaciones adicionales. Los volúmenes de opciones de venta (puts) superaron ampliamente a los contratos de compra (calls), con el strike de USD 85.000 consolidado como el de mayor interés abierto, desplazando al anteriormente dominante strike de USD 140.000. Este viraje evidenció una reversión drástica del sentimiento de los operadores, quienes ahora inclinaban sus carteras hacia el escenario de continuidad bajista.
El proveedor de infraestructura FlowDesk reportó que la debilidad en el mercado spot se reflejó en los derivados. Detectó grandes ventas de futuros en Bitcoin y Ethereum, explicando que los operadores rotaron posiciones de puts hacia precios más bajos para seguir resguardándose de un eventual agravamiento del movimiento. La curvatura de volatilidad en estos instrumentos se mantuvo favorable a las opciones de venta, reforzando la percepción de riesgo en el corto plazo.
En medio de este contexto, los ojos del mercado se volvieron hacia empresas que exhibieron alta exposición al precio de Bitcoin. La situación de MicroStrategy (MSTR), firma que acumuló una importante posición en la criptomoneda, se tornó delicada luego de que el valor de mercado de su tenencia se aproximó a su punto de equilibrio, fijado en USD 74.430 por unidad. De acuerdo con una nota de JPMorgan citada por CoinDesk, inquietud por una eventual exclusión de MicroStrategy del índice de referencia MSCI para enero aumentó la presión sobre la acción, ya que una decisión de esa naturaleza podría disparar ventas automáticas por parte de fondos indexados.
El cuadro negativo para las criptomonedas contrastó con la evolución reciente de algunos activos bursátiles, como las acciones tecnológicas estadounidenses. Durante la jornada previa, los mercados recibieron los resultados y expectativas presentadas por Nvidia, que lograron frenar por unas horas los temores sobre una burbuja asociada a la inteligencia artificial. El Nasdaq Composite abrió en alza y subió más de 2% al comienzo del día jueves, aunque luego perdió impulso y cerró con una baja del 2,2%. A pesar de estas oscilaciones, las criptomonedas no replicaron la tendencia positiva inicial, marcando un desacople respecto a su correlación habitual con el sector tecnológico.
El jefe de estrategia de Interactive Brokers, Steve Sosnick, sostuvo que Bitcoin “se volvió un indicador de apuestas especulativas”, y sugirió que el deslizamiento de la criptomoneda temprano ese día pudo incidir en la reversión negativa de Wall Street horas más tarde, según registró Barron’s. Al analizar la mecánica del mercado, explicó que “como este activo opera 24/7, fue perdiendo la correlación diaria con los índices bursátiles por causa de la volatilidad de corto plazo”.
El retroceso de Bitcoin también afectó el ánimo de los inversores particulares, en especial de quienes participaron en la última ola de compras cerca de la zona de los USD 90.000. Stéphane Ouellette, CEO de FRNT Financial, estimó ante Barron’s que “una cantidad significativa de inversores ahora se encuentra en negativo”, lo que elevó la propensión generalizada a vender para cubrir llamadas de margen, una exigencia lanzada por los brókers que reclaman nuevas garantías a quienes asumieron posiciones apalancadas.
En ese sentido, el fenómeno de ventas aceleradas no se restringió únicamente a la criptomoneda líder. El movimiento bajista se expandió hacia otras monedas como Ethereum y XRP, reforzando la imagen de un mercado en repliegue. Los analistas también identificaron como factor de relevancia la rápida modificación en la perspectiva monetaria global, a partir de la revisión de expectativas sobre las tasas de interés de la Reserva Federal (Fed). De acuerdo con distintos reportes, los operadores revaluaron la chance de un tono más restrictivo, lo que históricamente suele repercutir en menor apetito por activos de riesgo.
La magnitud de la caída desde el máximo de octubre, que ubicó a Bitcoin por encima de los USD 126.000, generó dudas sobre la dinámica técnica de la tendencia. La definición de una corrección superior al 20% señaló el pasaje a una fase de ajuste, según remarcaron operadores institucionales. En términos absolutos, la pérdida para quienes hayan comprado en el máximo alcanzó USD 42.298 por unidad; medido en porcentaje, representó una baja del 33,56%.
El acompañamiento de fuertes volúmenes en exchanges y bajas generalizadas en el sector completó el cuadro de inestabilidad. La liquidez en niveles clave perdió fuerza y las órdenes de venta acumuladas superaron durante varias sesiones la capacidad de absorción inmediata del mercado. Los informes recogidos por Bloomberg destacaron el agravamiento del entorno, al comparar esta corrección con episodios previos asociados a crisis de confianza o movimientos regulatorios.
Pese a la sucesión de nuevos mínimos, los participantes permanecieron atentos a potenciales movimientos de liquidación forzada, en particular ante la aproximación de referencias técnicas vinculadas al valor de costo promedio de grandes tenedores como MicroStrategy. Los próximos días podrían arrojar definiciones sobre el impacto de eventuales ventas adicionales por parte de fondos pasivos, frente a decisores como el MSCI y la evolución de la política monetaria estadounidense.
Fuente: Infobae




