Ante Ley  “Si es estafa no paga”, la banca Colombiana deberá  blindarse de  fraudes financieros

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 Instituciones financieras pueden disminuir el impacto del fraude digital al integrar soluciones de inteligencia biométrica del comportamiento.

A tres meses del arranque de 2024, el aumento de los delitos cibernéticos en Colombia no cesa y continúa registrando cifras preocupantes. Desde 2020, con el aumento de las transacciones digitales y la pandemia, los delitos de suplantación de identidad y fraude digital crecieron un 409%. Según el Centro Cibernético Policial de Colombia, en 2021 se registraron 51,579 denuncias, en 2022 se presentaron 65,794 y el año pasado fueron 59,033. Asimismo, según cifras de Asobancaria se ha dado un crecimiento de manera importante en el monto de los fraudes entre el 2022 y 2023.

En su reciente visita a este país, Gadi Mazor, CEO de BioCatch, manifestó su preocupación por el crecimiento de fraudes digitales que utilizan los estafadores para robar datos privados y que no solo tiene una afectación económica para las víctimas, sino también un impacto en su estado emocional. “A pesar de que las instituciones financieras realizan importantes inversiones a nivel mundial para proteger a los usuarios, el factor humano sigue siendo el eslabón más débil”.

Bogotá lidera la lista de ciudades con mayor número de denuncias, representando el 35% a nivel nacional, le siguen Medellín con el 7,2%, Cundinamarca con el 6,4%, Cali con el 5.2%. Mientras que con un menor porcentaje de denuncias se encuentran: Barranquilla (2,8%), Cartagena (2,1%), Ibagué (1,9%), Cúcuta (1,7%), Santa Marta (1,58%) y Bucaramanga (1,57%). Estas ciudades y departamentos representan el 65% del total del fenómeno a nivel nacional. 

A decir de Gadi Mazor, entre los fraudes que están ganando terreno rápidamente en Colombia se encuentra una variedad de técnicas de estafa en redes sociales como WhatsApp, mensajes sobre pagos pendientes de alguna instancia gubernamental, además del phishing, vishing y smishing que siguen siendo relevantes, además del robo de identidad para solicitar préstamos y tarjetas de crédito relacionados con usuarios reales.

En ese sentido, el directivo destacó el avance legislativo de países como Colombia,  en donde se aprobó la ley contra el fraude digital, Si es Estafa no Paga,  la cual tiene como propósito proteger a las víctimas de suplantación digital suspendiendo los cobros asociados al fraude y eliminando su reporte negativo de las centrales de riesgo. Dicha problemática ha afectado a más de 40,000 personas en el país, quienes, tras ser víctimas de los estafadores digitales, se encuentran pagando deudas interminables y han sido reportados en las centrales de riesgo. 

Aun cuando este tipo de iniciativas representa un gran avance y seguridad para la ciudadanía, las instituciones financiares deberán estar alertas y protegidas tecnológicamente para detener anticipadamente las estafas y no tener que asumir los altos costos de estos fraudes, pero sobre todo darle una experiencia significativa a sus clientes ante la anticipación del fraude.

Asimismo, Gadi Mazor hizo un llamado a no bajar la guardia pues advirtió que la inteligencia artificial es ya  una herramienta utilizada por los estafadores y un gran detonante para el crecimiento de los fraudes digitales. “Los defraudadores ahora crean sitios web  y campañas falsas de manera más fácil y rápida. Asimismo, las video llamadas o llamadas de voz en donde nosotros creemos que es una persona, en realidad es una inteligencia artificial. El uso de la IA implica un gran reto por el aumento de estafas muy bien articuladas,  en  donde es difícil identificar si es o no real”, advirtió el directivo.

Biometría conductual refuerza la seguridad de la banca para hacer frente al fraude digital

Las instituciones financieras pueden disminuir el impacto del fraude digital al integrar soluciones de biometría conductual, a través de las cuales es posible monitorear el comportamiento real de los clientes y compararlo con su perfil histórico para determinar si la sesión es legítima o si hay riesgo de un potencial fraude. Asimismo esta tecnología ayuda a las instituciones financieras a construir un entorno en línea en donde los clientes se sientan seguros para interactuar con el banco, y tengan una mejor experiencia como usuarios.

De igual manera Gadi Mazor destacó que otra función importante de la biometría del comportamiento es la prevención de estafas a través de ChatGPT. Al analizar el comportamiento del usuario, la tecnología puede crear una huella digital única, que se utiliza   posteriormente  para verificar la identidad de la persona  y detectar cualquier  fraude.

Para finalizar el directivo de BioCatch afirmo que la biometría conductual no solo trabaja para detectar y prevenir fraudes y estafas, sino también para una categoría más grande y aterradora que son los delitos financieros. ¨Donde  hay estafas hay mulas, y donde hay mulas hay sofisticadas redes criminales¨, concluyó Mazor.

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