Ecuador se conecta con la ola global de las Fintech

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Fuente: Revista Líderes

El término Fintech puede resultar todavía novedoso para el oído de algunos ecuatorianos. Pero también es bastante posible que esos mismos ecuatorianos estén haciendo uso de estas tecnologías -que están ganando espacio en Ecuador desde el 2016- sin saberlo.

Si, por ejemplo, alguna vez realizaron en línea una recarga con una operadora móvil, entonces utilizaron un servicio brindado por Kushki, una StartUp que diseña pasarelas de pago para otras empresas.

Cuando se habla del término Fintech, se trata de una nueva ola de emprendimientos que comenzó a surgir en el 2010, y que en América Latina tomó fuerza, sobre todo, desde el 2013

En el 2017, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) realizó un estudio en el que se determinó que de las 703 Fintech de 15 países de la región, el 60,1% nació entre 2013 a 2017. Solo el 11% existían en el período anterior al 2011.

El panorama nacional

La crisis bancaria de 1999 dejó un sentimiento de inseguridad entre los ecuatorianos en torno a dónde poner su dinero, pero las nuevas generaciones que demandan soluciones tecnológicas eficientes le están dando impulso a estos negocios en el país, dice Carmen de la Cerda, directora de Buen Trip, incubadora de emprendimientos de corte tecnológico.

Buen Trip presentó en marzo un estudio que segmenta StartUps tecnológicas. El informe recopila 89 iniciativas, de las cuales 34,8%, es Fintech. Con estos datos, De la Cerda considera que el ecosistema puede seguir creciendo, pero para deberá saltar barreras. La primera es el acceso a financiamiento. “Hace falta trabajar con los inversionistas para que entiendan cómo es trabajar con capital de riesgo, que los retornos no son como el de una inversión tradicional”, explica la vocera de Buen Trip.

De acuerdo a expertos, la mayoría de estos emprendimientos en Ecuador están orientados a servicios financieros a otras empresas, es decir, en el modelo ‘B2B’ y no llegan directamente al cliente final. El 32% se dedica a la gestión de finanzas empresariales, sobre todo a la facturación electrónica. En contraste con lo que sucede en países como Colombia y México, en donde la mayor parte se dedica a dar servicios de pago de remesas y préstamos.

En países como México, el órgano legislativo ya analiza una Ley ‘Fintech’. Además de una mayor participación de la banca, añade Andrea Pinto, directora de Competitividad e Innovación de la Asociación de Bancos Privados. Según Pinto, en Ecuador hace falta más colaboración entre las ‘fintech’, la banca tradicional y el ente regulador. “El regulador debe permitir crear innovación y soluciones digitales a favor del consumidor. Es un triángulo muy importante”. En Ecuador aún no existe una regulación específica para ‘fintech’.

El potencial en Ecuador

En Ecuador, según el Banco Central, un 40% de la población accede a servicios bancarios. Las ‘fintech’ “pueden llegar con más facilidad a esos clientes (no bancarizados), principalmente de áreas suburbanas, en donde la gente tal vez no usa los servicios de un banco pero está familiarizada con el uso de celulares e Internet”, sostiene Bueno. Otra fortaleza es la población joven, que prefiere reemplazar la experiencia de ir a una oficina y que busca tarifas más bajas en los servicios.

Según el INEC, el 23,2% de la población del país es millennial, con edades de entre 20 y 36 años, por lo que están familiarizados con el celular y la Internet para utilizar las alternativas ‘fintech’.

A continuación se muestran tres casos:

1. En EE.UU., Colombia y Ecuador utilizan esta pasarela de pagos

El comercio electrónico es el segmento en el que Kushki crece, como toda ‘start up’, de manera acelerada. Esta compañía de base tecnológica es parte del ecosistema de las ‘fintech’ y se define como una pasarela de pagos, en la que a través de tecnología permite hacer pagos vía mail, páginas web, en una aplicación móvil, en Facebook o utilizando SMS.

Kushki empezó sus operaciones en Ecuador en el 2016 y en EE.UU., unos años antes. “La visión es ser la mejor opción de tecnología financiera para el mercado latinoamericano”, dice su CEO, Daniela Espinosa. Hoy en día, la empresa tiene operaciones en Ecuador, Colombia y EE.UU. En los dos primeros suma 140 clientes, mientras que en EE.UU. se cuentan por miles.

Esta ‘fintech’ surgió y se consolidó de la mano de Espinosa y dos emprendedores más. Aron Schwarzkopf y Sebastián Castro tienen experiencia en el área tecnológica, mientras que Espinosa aporta con sus conocimientos en la parte financiera. “La clave en esto es la capacidad de ejecución de una idea, así como tener la confianza de los inversionistas y del mercado”, dice Espinosa en las oficinas de la ‘start up’, en el norte de Quito. Otro de los secretos que menciona esta ejecutiva es saber aprovechar a personas de experiencia y a los nuevos profesionales que llegan al mercado.

En la actualidad Kushki tiene 15 empleados en Ecuador, cinco en Colombia, cinco en India y tres en Estados Unidos. ¿Qué tipo de profesional recluta esta ‘fintech’? Espinosa responde: los programadores son claves porque desarrollan la mejor tecnología financiera. “Pero también incorporamos gente con experiencia en e-commerce y en banca”. Todo esto permite ofrecer a los cliente un servicio ágil, rápido y seguro, así como “mejorar la experiencia de los usuarios de portales de comercio electrónico”.

Espinosa cuenta que toda fintech debe considerarse como una aliada del sistema financiero, en Ecuador y en cualquier otro país. Para cumplir eso un requisito indispensable es ser muy técnico y profesional. “Cuando un banco sabe que está trabajando con una empresa seria, la conversación mejora y avanza”.

Otro punto en el que hay que trabajar, según el criterio de la CEO de Kushki, es el impulso al comercio electrónico. Ella señala que en el Ecuador el ‘e-commerce’ representa cerca del 0,5% del PIB cuando en otros países como Colombia la cifra es del 2,6%. Esa realidad no inquieta a la gente de Kushki que continúa trabajando. El crecimiento es acelerado: cada mes crece un 30%. “Hay clientes que hacen, por ejemplo, 7 000 transacciones al día con nuestra tecnología. Este año la meta de la empresa es empezar a prestar sus servicios en México, Perú y Chile.​

2. Un robot que responde al cliente es el eje de esta StartUp local

Un ‘chatbot’ es un robot que simula, por voz o por texto, una conversación humana. Este es el servicio que ofrece Mensajea, una ‘fintech’ que surgió en Ecuador en el 2016 y que hoy en día tiene operaciones en el país, así como en Perú y en México. Esta conversación se da en un ‘chat’ y permite atender a clientes las 24 horas del día. El ‘chatbot’ puede responder de manera automática un set de preguntas programadas.

Para eso utiliza un motor de inteligencia artificial y un motor de lenguaje natural; este último es un programa que reconoce la estructura de una frase y que ayuda a entender lo que dice el cliente, explica su fundador Jurgen Schuldt.

El 2016 fue el año de arranque de este emprendimiento tecnológico. En ese año, Facebook abrió su plataforma para programar en Messenger; Schuldt aprovechó esa oportunidad y pensó en un ‘chat’ como un canal de contacto entre empresas y sus clientes. La prueba inicial llegó con el pedido de una empresa peruana que presentaba sus productos en Medellín.

Mensajea tuvo un mes para desarrollar la aplicación, que se probó en una convención en la que participaron miles de personas. El ‘chatbot’ funcionó y así empezaba una nueva fase que implicaba buscar clientes y fondos. Schuldt golpeó varias puertas, hasta que apareció la primera edición de Digital Bank Quito, en el 2017. Allí se hizo una demostración del robot. “Hubo interés, pero no tanto porque el tema aún era desconocido en el país”.

En ese evento Schuldt recibió una recomendación que sería clave: participar en concursos de ‘fintech’ para buscar inversionistas. La primera parada fue Lima donde el interés por el ‘chatbot’ fue grande. “Bancos, cooperativas y empresas tecnológicas se acercaron”. Además se sumó Alvaro Mago, un peruano que se convirtió en socio de Mensajea. Una siguiente parada fue México en donde la iniciativa participó en el Startup Bootcamp Fintech, un programa de aceleramiento de ‘start up’, que cuenta con el apoyo de bancos, empresas tecnológicas y multinacionales. Para ese entonces esta iniciativa trabajaba solo con bancos y eso frenaba, de algún modo, el crecimiento acelerado que debe cumplir toda ‘start up’.

La solución la encontraron en Guillermo Domínguez, un argentino radicado en México y muy conectado con el circuito regional de ‘fintech’. Con el nuevo socio, Mensajea se mantuvo como ‘fintech’, pero también apostó por el ‘e-commerce’. En diciembre del 2017 la plataforma estaba lista, luego del proceso de aceleración. Esta ‘start up’ ha levantado hasta el momento USD 80 000, de los 150 000 que requiere; cuenta con ocho clientes-pilotos que pagan un ‘fee’ mensual por su ‘chatbot’. Este año, la meta de Mensajea es expandirse por la región.

3. Una red social diseñada para facilitar el intercambio de dinero

Friendly Transfer es una red social que conecta personas para intercambiar dinero y ahorrar los altos costos de una transferencia internacional. Así define a esta ‘start up’, Gidany Cobo, cofundadora de esta iniciativa que surgió en el 2015 en EE.UU. por una necesidad. En ese año, Sebastián Hurtado, otro de los fundadores, estudiaba una maestría en Harvard y necesitaba enviar y recibir dinero. Cansado de pagar altas tasas por cantidades mínimas decidió crear una plataforma que permitiera intercambiar dinero. Fueron los inicios de Friendly Transfer.

La propuesta se aprobó durante dos semestres, en el Venture Incubation Program, en The Harvard Innovation Lab. El capital inicial destinado para arrancar fue de USD 150 000. Cobo cuenta que tenían grandes expectativas y que en el camino fueron encontrando oportunidades para potenciar la idea.

En el 2016, por ejemplo, la plataforma participó en una competición de ‘fintech’: el Open Talent del banco español BBVA. Además recibió una opinión favorable de Fincen, una agencia del Departamento del Tesoro estadounidense que analiza información sobre transacciones financieras. “Esos dos hechos marcaron el trabajo que veníamos haciendo”. Ese mismo año la ‘fintech’ participó en un proceso de aceleración. En el Startup Bootcamp Fintech de México participaron ese año 250 empresas de base tecnológica y Friendly Transfer fue una de las 10 finalistas.

El proceso de aceleración fue en Ciudad de México y duró tres meses. Lo de México fue otro hito, señala Cobo. “Tiene un ecosistema ‘fintech’ muy desarrollado y es uno de los países de la región que más remesas envía y recibe”. Esa experiencia le permitió a la ‘start up’ acceder a conocimiento, mentoría y contactos con fondos de inversión. Además se fortalecieron aspectos como conocer más al cliente y se mejoró el modelo de monetización.

“Gracias al Startup Bootcamp Fintech se implementaron paquetes de suscripción por un tiempo determinado, con un número de transacciones y mayores garantías en la transacción”. En la actualidad Friendly Transfer tiene unos 3 500 usuarios y ha permitido un ahorro de más de un millón de dólares. Otro dato: El promedio de cada transacción oscila entre USD 300 y 500. Las usuarios se reparten entre Ecuador, EE.UU., México y Colombia. “Son estudiantes y jóvenes profesionales, que viajan o que tienen actividades laborales en más de un país”, señala Cobo. Hoy en día el equipo está integrado por tres personas: dos desarrolladores y Cobo, quien es la encargada del mercadeo, redes sociales, la parte gráfica y otras tareas. En el mediano plazo las metas son tres: tener más usuarios, incrementar las suscripciones y llegar a otros países.


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