En una entrevista exclusiva para Ebanking News, Héctor Arias, Global Lead de Retail Banking en Red Hat, comparte su visión sobre el presente y futuro de la banca digital en América Latina, explorando los desafíos y oportunidades que la modernización tecnológica, la inteligencia artificial y el Open Banking están generando para el sector en la región y en el mundo.
En un contexto en el que alrededor del 42% de la población adulta en América Latina sigue sin acceso a servicios financieros formales (CAF, 2021), Héctor Arias, Global Lead de Retail Banking en Red Hat, subraya la importancia de la modernización digital en la banca para reducir esta brecha y mejorar la competitividad en la región. Durante la entrevista, Arias explora las oportunidades que tecnologías como la nube híbrida y las soluciones de infraestructura de Red Hat ofrecen para impulsar la agilidad y la eficiencia en las operaciones bancarias, lo que resulta clave en una industria marcada por complejos sistemas legacy. Además, anticipa un futuro donde la banca estará embebida en ecosistemas digitales a través de APIs, integrándose en plataformas comerciales y de servicios, lo que permitirá una experiencia financiera más fluida y accesible para el usuario final.
¿Existen diferencias importantes en la madurez digital de la banca a nivel global, especialmente al comparar empresas de países como Chile o de Latinoamérica con otros mercados más avanzados?
La banca es esencialmente doméstica, ya que está muy pegada a la regulación. Entonces, habría que ver país a país y, además, tiene una gravedad en el sentido gravitacional. En Europa, la bancarización es prácticamente al 100% y lleva un sistema financiero bastante maduro. En Estados Unidos, en Norteamérica en general, hay una gran diversidad dentro del país, pero el sistema financiero y la regulación están maduros. Asia-Pacífico tiene mucha diversidad, país a país. China no es lo mismo que Bangladesh, etc. En Latinoamérica, no es tan extremo como en Asia-Pacífico; o sea, es más maduro y tiene ventajas en términos del sistema financiero para la digitalización. A veces los sistemas de legado hacen que sea más complicada la modificación.
Lo que importa aquí es la experiencia del cliente final. En cuanto al cliente final, el cliente que ya está bancarizado y que tiene acceso a la banca digital, no hay grandes diferencias en cualquier sitio. Cuando ya estás bancarizado y tienes acceso a una banca digital, las diferencias son pequeñas como cliente final.
¿Qué pasos pueden tomar las organizaciones que buscan evolucionar en términos de prestaciones digitales? ¿Cómo impacta esta evolución en el usuario final?
El reto fundamental de la industria, en cualquier sitio del mundo, y en Latinoamérica por supuesto también, es la modernización. Las entidades financieras tienen un legado y es una industria muy intensiva en tecnología; modernizar esa tecnología es algo muy complicado. Las entidades más pequeñas tienen el reto, ya que la tecnología es sofisticada, compleja y cara. Entonces, las pequeñas tienen ese reto, pero por el contrario tienen la ventaja de la agilidad: es más fácil que sean ágiles. Estos son los dos ángulos del mismo reto de la modernización.
¿De qué forma Red Hat apoya a las instituciones financieras con su tecnología?
Hace 15 años, pensar que las entidades financieras utilizarían open source de forma masiva era algo casi utópico; en cambio, hoy es general. Es decir, que prácticamente el 100% de los bancos, de las entidades financieras más grandes del mundo, son clientes de Red Hat. Y se ayuda en muchas formas, pero voy a resaltar una de ellas: lo que nosotros llamamos la nube híbrida, que a veces no se entiende muy bien. Digamos que todos los esfuerzos de agilidad que tienen las entidades financieras suelen recaer en la capa de aplicación, en desarrollar productos más rápido, en ser más ágiles disponiendo a los clientes, y eso afecta sobre todo a la capa de aplicación.
Si nos vamos a las infraestructuras, esa agilidad no es posible sin la nube híbrida. La nube híbrida es lo que nosotros llamamos OpenShift, que es muy usado en la banca globalmente. Cualquier banco grande, por ejemplo, en Norteamérica o Europa, tiene su plataforma basada en este producto –OpenShift–, y lo que te permite es esa agilidad también en infraestructuras. Es decir, que yo, si tengo la nube 1, la nube 2 o tecnología on-premise, puedo combinarlas o cambiarlas con total agilidad. Creo que OpenShift sería nuestro producto estrella a día de hoy en la banca.
La inteligencia artificial es una tendencia en crecimiento, ¿en qué áreas de la banca se está aplicando más esta tecnología?
Hay dos tipos de inteligencia artificial, la predictiva y la generativa. La predictiva lleva muchos años en la banca, o sea, lleva 10, 15 años. Yo mismo, en mis tiempos de banca, he desarrollado procesos con inteligencia artificial generativa, y básicamente, como casos de uso, en el onboarding de cliente. Cuando traes un nuevo cliente de forma digital, el conocimiento del cliente genera, finalmente, mucho trabajo operacional. Es decir, a un cliente particular se le pide una serie de datos, y todos los trabajos que vienen después suelen ser muy manuales. La inteligencia artificial lo agiliza mucho. Luego, toda la parte de gestión de riesgos: ser capaz, ante determinados eventos o atributos de una operación, de predecir si será fraudulenta, por ejemplo, o tendrá algún problema. Eso es una enorme ventaja. La parte de riesgos y gestión de clientes en cuanto a inteligencia artificial predictiva.
La generativa es lo nuevo, lo que ahora viene y estamos empujando todos mucho, porque los bancos son muy proclives a invertir en eso. Destaco dos partes: una sería todo lo relacionado con la gestión masiva de información, toda la parte de la gestión de documentación masiva que tienen las entidades financieras. Por ejemplo, JP Morgan tiene su propio modelo para tratar todos los millones y millones de documentos que tiene y decir: “Oye, ¿dónde está esta información de este cliente?”. Lo miran y rápidamente lo encuentran. Luego, nosotros estamos con algún partner grande trabajando en los modelos que permiten, de una forma rápida, ágil y sencilla, analizar lo que se llama en banca el control framework, el marco de control del banco. Este es una serie de documentos muy complejos que recogen los controles para mitigar los riesgos regulatorios. Eso lo hace directamente un modelo basado en lo que estamos anunciando este año, que es nuestra Open Source AI, nuestra Inteligencia Artificial de Código Abierto, que tiene enormes ventajas para la banca.
Antes estábamos viendo en una presentación cómo la transparencia de los datos en la generación del modelo es clave para cualquier entidad que está regulada. Poder decir: “Esto no es una caja negra; tiene esta lógica y no tiene sesgo”.
Y luego, lo segundo, el poder incorporar tus propios datos como banco al modelo. No tener que utilizar un modelo externo en el que no sabes qué está pasando y no puedes meter tus datos porque son datos de clientes. Con nuestra tecnología de Open Source AI, InstraClub, eso se puede hacer y anticipamos que va a ser una revolución en inteligencia artificial.
Desde su perspectiva, ¿cómo será el futuro de la banca en América Latina en términos de innovación tecnológica? ¿Cómo se reflejará esto en el usuario final?
En términos de tecnologías, es arriesgado porque esto cambia muy rápido. Pero, en términos de modelo relacional, igual que hace 20 años íbamos a la banca, que era un sitio al que íbamos físicamente, a oficinas, ahora es una banca a la que vamos digitalmente. Y en el futuro inmediato, las entidades financieras en general formarán parte de un ecosistema.
Imaginemos un ecosistema que son nodos conectados con enlaces, y entonces algunos de esos nodos son bancos, que están conectados a otros nodos, que pueden ser retailers, plataformas de venta digital o ERPs. Los consumidores, tanto personas como empresas o instituciones, consumirán servicios financieros no solo en un sitio al que vamos físicamente o digitalmente, sino que la banca estará embebida, digamos, en otros sitios. Para los amantes de la tecnología, esto se logra a través de APIs, conectando a la banca con otras plataformas. En Chile, por ejemplo, se están dando pasos importantes con la próxima aprobación de la regulación de Open Banking, que es un paso fuerte en esa dirección. Creo que ese será el camino hacia el futuro.