El rol de la banca digital en la educación financiera

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Por Estephany Ley, Directora de Banca Minorista en BanCoppel 

En un contexto en el que la digitalización de la banca se ha acelerado exponencialmente, uno de los beneficios clave para los usuarios se encuentra en la educación para sus finanzas personales. 

Para darnos una idea del crecimiento exponencial que ha tenido la banca digital, te comparto que su base de usuarios pasó de 20 millones a 80 millones en los últimos 10 años. Además, de las 39 millones de operaciones bancarias que se hacen diariamente, 25.7 millones son tradicionales y 13.3 millones son digitales, lo que representa un crecimiento de 156% y 448% respectivamente para el mismo periodo, de acuerdo con datos de la Asociación de Bancos de México (ABM). 

Este cambio no sólo ha transformado la forma en la que manejamos nuestras finanzas, sino que también, ha abierto nuevas oportunidades para mejorar la educación financiera en el país. 

En el último Índice de Alfabetización Financiera, realizado por la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) a inicios de este año, México obtuvo un puntaje de 57 sobre 100, detallando que existen diversas brechas, por ejemplo, el conocimiento financiero es mayor en hombres que en mujeres, en habitantes de localidades urbanas que en rurales, y en personas con grados académicos en comparación con quienes no tienen licenciatura. 

Ante este panorama, en el que hay mucho camino por recorrer, hay dos conceptos clave para la transformación digital de la banca: las finanzas invisibles y el futuro del modelo omnicanal. 

Finanzas invisibles, desvelando los misterios financieros

Las finanzas invisibles se refieren a los aspectos de nuestras vidas financieras que antes estaban ocultos o eran difíciles de rastrear. Gracias a la banca digital, ahora tenemos una visión mucho más clara de nuestros hábitos de gasto, inversiones y ahorros. Esto es posible debido a la facilidad con la que podemos acceder a nuestras transacciones en línea y a las herramientas de seguimiento de gastos. La banca digital hace que nuestras finanzas sean más visibles, lo que a su vez promueve una mayor conciencia y responsabilidad financiera. 

Además, la banca digital no se limita a proporcionar un simple desglose de gastos, muchas de estas plataformas ofrecen herramientas de presupuesto, alertas de gasto y análisis de tendencias las cuales facilitan a las personas a comprender mejor sus patrones financieros y a tomar decisiones más informadas. En resumen, las finanzas invisibles están siendo descubiertas y gestionadas de manera más eficiente gracias a la banca digital. 

Este nivel de transparencia al que nos permite llegar la banca digital nos ayuda a comprender mejor los procesos de los bancos y el manejo de nuestras finanzas, impulsando la educación financiera a través del conocimiento del funcionamiento de las transacciones, comportamientos, patrones y gestiones responsables.

El futuro del modelo omnicanal como apoyo a la educación financiera

Por otra parte, tras este crecimiento de operaciones digitales, es importante preguntarnos sobre el futuro de los modelos de atención tradicionales de los bancos, ya que a diferencia de lo que algunos habían anticipado, el número de sucursales bancarias ha registrado una disminución de apenas 5.3% en los últimos 10 años, de acuerdo con la ABM. Esto se debe a que en grandes ciudades ya no se requiere tener una estructura tan grande de este tipo. Sin embargo, en las ciudades pequeñas, aún hay mucha labor que hacer en cuanto a inclusión financiera; es decir, la bancarización y oferta de productos y servicios financieros a la mayoría de la población a través de los canales tradicionales. 

El concepto de omnicanalidad se refiere a la capacidad de los usuarios para interactuar con los servicios financieros en múltiples canales, como aplicaciones móviles, sitios web, cajeros automáticos, centros de atención al cliente y más. Esta versatilidad es esencial para la educación financiera y traza un camino en el que la digitalización debe estar acompañada de un sistema que pueda dar atención personalizada a más personas desde distintas vías. 

El modelo omnicanal de un banco, mejora su infraestructura al tener un canal digital que permite agilizar operaciones móviles en cualquier lugar, desde la comodidad de un teléfono inteligente. Además, los bancos no pueden dejar de lado una red de sucursales amplia que desde lugares físicos esté apoyada con tecnología como inteligencia artificial, que permita dar una mejor atención a los clientes, identificar sus hábitos y situación financiera y ofrecerles opciones de servicios y productos que mejoren sus finanzas personales, impulsando su educación financiera. 

En conclusión, la banca digital juega un papel primordial para la inclusión y educación financiera de millones de mexicanos. A los bancos nos corresponde trazar la ruta que mejore la experiencia del usuario desde las plataformas digitales, sin descuidar nuestros canales físicos de atención al cliente.

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