El camino del disruptor: La Frustración

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Por: Oscar González Legorreta, Managing Partner de InSureMate

Continúa el diálogo entre los monjes, maestro y aprendiz, conversando sobre disrupción

  • El aprendiz: Maestro, maestro, ¡estoy ansioso por escuchar sobre nuestro siguiente tópico en esta extensa conversación! ¿Qué es la frustración? Supongo que entender este concepto me acercará al logro de mi objetivo en el camino a la disrupción.
  • El maestro: ¿Qué dirías muchacho, si mi respuesta fuera simplona, insípida, banal? 
  • El aprendí: Ah, pues me sentiría decepcionado, triste, con un sabor de boca…como a fracaso. ¿Acaso es así maestro?
  • El maestro: Justo lo has entendido. Esa es la frustración. La frustración es esa emoción de vacío o molestia. Incluso en algunas personas o situaciones, desencadena hasta la ira. Las reacciones son diversas. Como consecuencia de ella, y ya que, como cualquier otra emoción se desvanece después de un tiempo, típicamente desencadena uno de dos comportamientos: Perseverancia o derrotismo. 
  • El aprendí: ¡Qué desagradable es! 
  • El maestro: Sí, pero es tu mejor aliada para la disrupción.
  • El aprendí: ¿Cómo es eso posible maestro?
  • El maestro: La frustración es la cara emocional de la combinación entre frecuencia y severidad, que ya hemos analizado. Observar frecuencia y severidad en una situación, en un fenómeno, en una circunstancia, es la forma numérica y mecánica de evaluarlo. La frustración es la cara emocional de la misma situación. Esa emoción surge intuitivamente, cuando algo incumple nuestras expectativas. A su vez, las expectativas se forman con experiencias previas o con un conocimiento teórico. Estamos esperando que algo suceda de un modo distinto. Eso apunta a la severidad. Quizá lo hemos enfrentado antes o lo haremos mucho en el futuro, lo que apunta a la frecuencia. Y es entonces cuando aparece una emoción que es agradable cuando el resultado iguala o supera lo que esperábamos, cuando nos satisface, o desagradable cuando no lo hace. 
  • El aprendí: Mmm maestro ¿Pero entonces, cualquier decepción es frustración?
  • El maestro: No, claro que no. No nos frustramos con cualquier cosa. No cualquier desencanto implica frustración. Justamente la frustración surge cuando la combinación de los niveles de severidad y la frecuencia provocan esa reacción. Como te decía, no hay una fórmula matemática. Es algo más heurístico, empírico. Pero es precisamente cuando aparece esta carga emocional en quien vive el evento, que podemos haber descubierto una veta, como si se tratase de una mina, para explorar una posible disrupción. La frustración, como te decía, puede despertar perseverancia, perseverancia que sería el motor para la voluntad a fin de explorar un cambio. Si ese cambio lo ofrece la disrupción que se plantea ¡Hay esperanza para ella! Por ello es posible ver en la frustración, a una gran aliada para el disruptor.

Este diálogo continuará…

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