Boom de pagos transfronterizos en América Latina: superarán US$1,3 billones al 2030

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La región debe avanzar en pagos interoperables para aprovechar la integración financiera global, ampliando oportunidades y enfrentando retos frente a riesgos que requieren cooperación y estándares comunes.

En América Latina el auge del comercio electrónico, el aumento sostenido de las remesas y la migración regional están transformando el panorama de los pagos transfronterizos. Lo que antes era terreno exclusivo de grandes corporaciones, hoy es parte cotidiana de la vida de las personas, pequeños negocios y plataformas digitales que demandan soluciones más ágiles, accesibles, seguras y en tiempo real.   

Según el informe “Transformando los pagos comerciales en América Latina y el Caribe”, se espera que estos flujos se dupliquen en esta década, pasando de US$675 mil millones en 2023 a US$1,37 billones en 2030. Pero este crecimiento, aunque prometedor, pone presión sobre una región con sistemas desconectados, asimetría regulatoria y riesgos crecientes de fraude.

Mientras regiones como Europa han consolidado un sistema integrado con la Zona Única de Pagos en Euros (SEPA) que unificó reglas, redujo costos y mejoró la velocidad de las operaciones en 36 países, América Latina aún enfrenta un ecosistema fragmentado. Las diferencias regulatorias, tecnológicas y de infraestructura entre países dificultan la creación de un sistema común. En este sentido, la interoperabilidad regional sigue siendo limitada, los costos de intermediación son elevados y los procesos transfronterizos continúan siendo lentos y poco transparentes.

“En la región enfrentamos una diversidad regulatoria, tecnologías incompatibles y una escasa estandarización. La clave está en que los sistemas puedan comunicarse en tiempo real, compartir información y operar de forma segura. Ese es el primer paso hacia una integración más profunda”, afirma Paola Sánchez, RiskShield Business Development Director LATAM de INFORM.

En este contexto, Brasil se ha consolidado como líder regional en pagos digitales con Pix, su sistema local de transferencias instantáneas. Además del uso nacional, Brasil ha impulsado versiones internacionales, como Pix Internacional, que permite realizar pagos en moneda local en países vecinos, mientras el comercio recibe el pago en su propia divisa y la conversión a reales se realiza de forma inmediata. Asimismo, ha desarrollado Pix for Tourists, también conocido como Pix Roaming, que facilita los pagos de visitantes extranjeros en Brasil.

Paralelamente, la región sigue de cerca el avance de Project Nexus, una iniciativa global liderada por el BIS Innovation Hub que busca interconectar los sistemas de pagos instantáneos (IPS) de distintos países a través de una única plataforma estandarizada, como Pix (Brasil), UPI (India) o FAST (Singapur). Esta propuesta ofrece a América Latina una oportunidad concreta para integrarse a una red de pagos interoperable a escala global. Sin embargo, países como Argentina, México, Chile, Colombia y Perú también avanzan con sus propias soluciones, aunque con tecnologías, ritmos de adopción y niveles de desarrollo heterogéneos.

En esta misma línea, la falta de integración regional no solo limita el desarrollo de pagos digitales, sino que también representa una amenaza significativa. La fragmentación entre países dificulta la supervisión coordinada de los flujos transfronterizos, lo que continúa siendo uno de los principales desafíos para las entidades financieras, procesadores de pagos y cámaras de compensación. Esta brecha es aprovechada por redes criminales, que se valen de vacíos regulatorios y tecnologías obsoletas para implementar esquemas de fraude cada vez más sofisticados.

Tecnologías emergentes

Para enfrentar este desafío, INFORM ha desarrollado Risk Shield, una plataforma híbrida de inteligencia artificial que detecta y previene fraudes en tiempo real. Su tecnología combina machine learning con reglas de experto, lo que permite a instituciones financieras, facilitadores de pago, cámaras de compensación y redes de procesamiento, anticiparse y responder a amenazas complejas de forma flexible, acorde a los distintos niveles de riesgo y marcos normativos de cada país.

A grandes rasgos, la solución Riskshield analiza millones de transacciones para detectar anomalías en tiempo real (como patrones inusuales de acceso o comportamiento de gasto). Este monitoreo inteligente posibilita decisiones más rápidas y reduce la dependencia de revisiones manuales, lo cual es crucial en mercados con recursos limitados. Su diseño, en tanto, permite adaptarse a contextos complejos como el latinoamericano, donde la falta de interoperabilidad dificulta una respuesta coordinada frente a los riesgos asociados a los pagos transfronterizos.

“El avance de soluciones como PIX, junto con el despliegue de tecnologías de prevención de fraude como RiskShield, son pasos fundamentales para fortalecer la confianza del ecosistema, reducir riesgos y posicionar a América Latina como un actor competitivo en la economía digital global”, concluye Sánchez, quien considera que el futuro de los pagos en la región dependerá de la capacidad de aprender, adaptarse y colaborar en un entorno cada vez más interconectado, exigente y expuesto a nuevas amenazas.

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