Bitcoin y el futuro del dinero electrónico

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La era digital acuñó su propia moneda: Bitcoin. Esta divisa virtual, cada vez más utilizada como medio de intercambio y puesta bajo la lupa de gobiernos y entidades financieras a nivel global, traza el futuro del dinero en un mundo donde tampoco la economía escapa a las lógicas descentralizadas e innovadoras de internet.

Un fantasma recorre las páginas de “nuevas tendencias”: el fantasma de Bitcoin. ¿Qué es y por qué se lo escucha nombrar cada vez con más frecuencia? La respuesta a la segunda pregunta podría ser la siguiente: porque después de pasarnos décadas conviviendo con internet y el comercio online, Bitcoin representa la aparición de una moneda electrónica que tiene todo para consagrarse como el nuevo medio de intercambio de la era digital. La respuesta simple a la primera pregunta ya la dijimos: Bitcoin es una moneda electrónica.

No profundicemos en el contexto histórico de su creación que para eso está Wikipedia. Digamos apenas que Bitcoin es, estrictamente, el nombre de una moneda virtual encriptada -o criptomoneda- creada por Satoshi Nakamoto, un seudónimo que esconde una identidad también encriptada, alrededor de la cual circulan toda clase de mitos. ¿Cuáles son las principales características de Bitcoin? La primera es su carácter descentralizado. Estas divisas virtuales no dependen de ningún ente sino que son controladas por una red de pares P2P, similar a las redes de intercambio de archivos. No hace falta insistir, a esta altura del siglo, en la solidez y buen funcionamiento demostrado por estas redes; lo importante es que la lógica descentralizada de internet ha arribado ahora al mundo del dinero.

Las bitcoins no tienen un Banco Central detrás sino que su emisión se realiza a través de minería de datos. Una serie de servidores o miners resuelven complejos problemas aritméticos y de su resolución extraen las monedas. Esta minería, por supuesto, requiere una capacidad computacional muy elevada, por lo que el bitcoin miner -o la “máquina de hacer dinero electrónico”- no está al alcance de cualquiera, lo que permite también estabilizar su crecimiento. Se calcula que actualmente hay 12 millones de bitcoins circulando en el mundo. Su carácter descentralizado, por lo demás, hace que su respaldo tampoco dependa de una política monetaria central sino de la confianza de los usuarios.

Argentina, la comunidad más grande de Bitcoiners de Latinoamérica

Si bien por la protección de datos se ignora la cantidad exacta de bitcoins que descansan en las billeteras digitales de los argentinos, desde la Fundación Bitcoin Argentina estiman que la comunidad local es la más grande de Latinoamérica.

Esto deriva en una fluctuación muy alta de su valor. Justamente la volatibilidad es también la carne del negocio: son cada vez más las personas que apuestan a comprar bitcoins con la expectativa de venderlas más tarde a un precio mayor.

En sitios como LocalBitcoins se pueden hallar compradores y vendedores; con ellos se pacta la moneda de cambio y el precio; una vez obtenidas las bitcoins se las almacena en una billetera digital que es la que nos permite llevar a cabo las transacciones.

La seguridad, por su parte, es otro dato clave: Bitcoin resguarda la privacidad financiera de sus tenedores y por sus características es una moneda imposible de falsificar.

Existen infinidad de tutoriales para adentrarse en el mundo de Bitcoin. Digamos por lo pronto que Argentina no está exenta de su presencia. En Coinmap se pueden rastrear todos los locales, acá y en el mundo, que aceptan esta moneda. Si bien por la protección de datos se ignora la cantidad exacta de bitcoins que descansan en las billeteras digitales de los argentinos, desde la Fundación Bitcoin Argentina estiman que la comunidad local es la más grande de Latinoamérica.

Decíamos que Bitcoin es el “nombre” de una moneda digital; existen otras como Peercoin o Litecoin, tal vez menos extendidas que la creación de Nakamoto pero igual de relevantes para el análisis. Así como los blogs, por poner un caso, exceden al servicio que los provee (Blogger, WordPress), acá tampoco se trata de un nombre sino de un nuevo modelo.

La reflexión alrededor del desarrollo de divisas virtuales es de larga data; el presente es una conjunción de incertidumbres y expectativas. Hace pocas semanas China prohibió a sus entidades financieras transar con esta criptomoneda y Noruega afirmó que Bitcoin no entra dentro de la “definición usual de dinero” sino que es un “bien” sobre el cual se pueden cobrar impuestos a las ganancias.

Distintos gobiernos en todo el mundo están comenzando a tomar posición frente a Bitcoin. Nadie sabe con certeza si podrá reemplazar en plenas funciones al “dinero analógico” o si se revelará como una burbuja financiera lista para estallar. En cualquier caso, hoy su circulación está en aumento, su aceptación como medio de intercambio es ascendente y el futuro dirá si supone un quiebre en el comercio o incluso el mercado de divisas.

La historia de Bitcoin es la historia de la arquitectura descentralizada y dinámica de internet acoplándose en el mundo de la economía; una cultura de comunidades y redes de la que tampoco el mercado o las finanzas parecen escapar. Sea cual sea el nombre que asuma mañana, Bitcoin está sentando las bases del futuro del dinero.

Fuente: telam.com.ar

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