Crece el uso de contratos inteligentes: ¿qué son y cómo las empresas ya los están usando?

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Fuente: iProUp

En 2009, cuando se publicó el documento que dio vida a Bitcoin, además de crearse la primera moneda digital se estaba generando un concepto nuevo que revolucionaría el traspaso de información (y de valor) en la economía digital.

Se trataba de Blockchain, una especie de «libro contable» en el que se registra cada una de las operaciones que se realiza en el ecosistema.

Además, al no tener una autoridad central, el «poder» se distribuye entre todos los nodos de la red: esta base de datos se copia en cada computadora participante y cualquiera puede leer su contenido.

Esto, sumado a que la cadena de bloques no puede ser alterada por un hacker gracias a sus algoritmos de cifrado, permite que si se pierde una copia, el resto de la red cuenta con un respaldo. «Lo que está escrito en la blockchain, está escrito en piedra», afirman sus defensores.

Esta tecnología demostró cómo será el traspaso de valor en la era digital: entre «iguales», sin intermediarios. Pero también fue la base para la creación de los contratos inteligentes.

Se trata de programas que se apoyan en la cadena de bloques para lograr que todas las partes cumplan con lo pactado y sea la tecnología la que traspase valor de manera automática cuando se cumplan ciertas condiciones. Además, los smart contracts proveen:

  • Transparencia: las partes pueden consultar el cumplimiento de sus cláusulas
  • Inalterabilidad: como existen varias copias, distribuidas en los diferentes nodos de la red, el documento no puede ser modificado por las partes
  • Eficiencia: al estar online y utilizar firmas electrónicas, no hace falta dirigirse un lugar común

Así, se están convirtiendo en una herramienta clave de la nueva economía digital y ganan relevancia en un mundo en el que el uso de papel viene en retroceso.

En este contexto, cada vez más compañías financieras avanzan en el uso de contractos inteligentes para agilizar al máximo las operaciones en las que participen varias partes.

Cómo funcionan

Gabriel Kurman, cofundador de RSK, la plataforma argentina P2P de IOV Labs que posibilita la ejecución de «smart contracts«, señala que esta modalidad ha facilitado la construcción de una banca con nivel de automatización total.

«Se trata de código que puede ejecutar operaciones financieras, agregándole a la tecnología blockchain la posibilidad de sumar reglas de negocio a activos de una base de datos descentralizada», define en diálogo con iProUP.

Asimismo, estos documentos digitales permiten especificar sus cláusulas, como ocurre actualmente con la versión papel, pero además pueden programarse ciertos aspectos que los tornan más transparentes y automatizados.

Según Kurman, «dan vida a un sistema financiero con un nivel altísimo de automatizaciónsin intervención humana y permiten las nano-transacciones a millones de personas que hoy están excluidas en todo el mundo».

Leo Elduayen, Fundador de Koibanx, dedicada al procesamiento transaccional para la industria financiera, aporta a iProUP un ejemplo de su uso en los seguros paramétricos.

«El código del contrato inteligente dice, por ejemplo, que si se registra que llovió menos de 100 mililitros en la última semana y en la base de datos hay algún agricultor que tiene póliza para falta de agua, se ejecuta un pago automáticamente en la billetera del asegurado. Todo está automatizado y nadie puede manipularlo», explica.

Lo que viene

Ricardo Scattini, arquitecto de Soluciones Digitales de la consultora de innovación Practia, afirma que están avanzando con esta tecnología en su área Investigación y Desarrollo y comprobaron que con esta modalidad, «todos los mecanismos de confianza están garantizados«.

De este modo, señala que esta es una herramienta muy útil para los contratos estandarizados ya que funcionan en base a la lógica conocida como if/then (si sucede esto/entonces ocurre esto).

Además, Scattini proyecta que «lo que se experimente hoy será 100% ganancia a futuro porque casi todo irá hacia esta innovación. Advierte que hay que romper el «status-quo» del papel, que es un desafío importante.

También prevé que los contratos inteligentes crecerán más aún cuando se den operaciones totalmente nuevas. Por ejemplo, con el desarrollo de las economías circulares, concepto en el que los productos reciclados son parte de los insumos de una compañía que, a su vez, permite a otras firmas (o a sí misma) reutilizar sus desechos.

En efecto, los smart contracts permitirán trazar de dónde salieron esos insumos y a qué transformaciones fueron expuestos para certificar que se utilizan materiales ecológicos.

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