En 20 días estará el borrador de proyecto que facilita la portabilidad financiera

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Fuente: Diario Financiero

La mitad de los chilenos estarían dispuestos a cambiarnos de banco. Un dado a conocer la semana pasada y realizado por la Universidad Católica y la Cámara de Comercio de Santiago reveló que un 53% de los encuestados dicen que se irían a otro banco principalmente para para lograr menores costos de mantención y mejores tasas de interés para sus créditos. También se menciona que se trasladarían para acceder a servicios de banco online superiores a los que tiene.

Actualmente para cambiarse de un banco a otro con los paquetes de productos se debe pagar todos los créditos de consumo pendientes, pagar multas por prepago en algunos casos, saldar la línea de crédito y anular las tarjetas de débito y crédito. En el caso de un crédito hipotecario adicionalmente hay que realizar pagos asociados a las tasaciones y al Conservador de Bienes Raíces, entre otros. Bajo un régimen de portabilidad financiera ideal, el ex banco le transfiere al nuevo, todos los productos y deudas.

¿Por qué el gobierno considera necesario este proyecto y le da prioridad? Hay que recordar los aplausos que recibió la llamada portabilidad numérica (para telefonía), aprobada durante el primer gobierno de Piñera. Desde los inicios de su implementación se han portado más de 14 millones de números y hoy incluye además la telefonía fija. Los chilenos, dueños de sus números tras esta reforma regulatoria, no cargan con la mochila de perder los contactos cuando se encuentra una mejor oferta de telefonía móvil. La Subtel tiene una página web dedicada a esto que registra los movimientos de usuarios y se ve que, aún años después de su puesta en marcha, muchos chilenos cambian cada mes de empresa buscando mejores ofertas.

Se estima que en el caso de la portabilidad financiera se podría llegar a beneficiar 2,5 millones de hogares. Una modelación que hizo hace unos meses el Ministerio de Economía en base a los créditos hipotecarios concluyó que con medidas de facilitación de traslado, el costo de los trámites podrían bajar hasta 33% y reducirse a la mitad del tiempo.

Plazos y lineamientos

La portabilidad financiera es un tema que viene anunciándose desde el inicio de este mandato de Piñera. Fue el ahora exsuperintendente Farren el que lo planteó y luego fue tomado por Hacienda y Economía desde diferentes aristas. El mismo Piñera se comprometió en octubre pasado a enviarlo a la brevedad al Congreso y el Sernac ya había avanzado en pedirles a los bancos información uniformizada de algunos productos. Aun así, a más de un año de gobierno, los detalles de la fórmula no están disponibles.

Fuentes de Hacienda explican que el borrador estaría en unos 20 días y en la banca cuentan que algunos ejecutivos han participado en conversaciones donde se toca el tema con las autoridades pero que no han visto nada concreto. Hoy está en el escritorio de Katherine Tornel, la coordinadora de mercados de capitales de Hacienda, que tras el anuncio presidencial tendrá que ponerle acelerador a la redacción del proyecto.

Hay algunos lineamientos generales sobre el contenido. Primero, hay experiencias internacionales avanzadas a considerar. La Unión Europea empezó desde el 2004 a impulsar esta idea y países como España e Italia ya están bien avanzados. México también tiene desde hace dos años la portabilidad de créditos hipotecarios y se han realizado bajo esta modalidad «express» más de 40 mil cambios. Al revisar estas experiencias se repite la idea de poner plazos exigentes a los bancos para los traslados, algunos inferiores a una semana.

Segundo, parece clave en las propuestas de portabilidad financiera el partir por una especie de ficha simplificada pero completa con todos los datos financieros del cliente que se quiere trasladar a otra institución. Una especie de foto financiera: cuánto tiene copado de la línea de crédito, cuánto paga por las cuotas, qué tasa tiene, los costos de mantención de sus productos bancarios, si hay o no sobregiros, si tiene ahorros, etc. Este certificado oficial debería ser en inmediato y digital de manera que el cliente con esta información consolidada y actualizada pueda ir a buscar mejores opciones. Bien diseñado, dicen los expertos, esto sería una inyección de competencia.

Tercero, en Hacienda dicen que el proyecto apunta a sumar a todos los créditos y con respeto a las deudas hipotecarias el asunto es algo más complejo porque hay una garantía hipotecaria (la casa, el departamento) que debe traspasarse de banco y banco y a eso hay que sumar los costos del Conservador de Bienes Raíces que se pagan nuevamente cada vez que se vende o transfiere un inmueble. Estos dos trámites, que en la práctica son los que complejizan un cambio de banco, deberán ser abordados en detalle en el proyecto.

Finalmente, hay que considerar que habrá discusión desde la industria en varios puntos. Desde la banca comentan que es un paso correcto- aún no se pronuncian oficialmente dado que no hay detalles- pero que hay otras prioridades en torno a la inclusión bancaria que deberían ser prioritarias, como por ejemplo, recuperar a los más de 300 mil chilenos que se fueron al financiamiento informal tras los últimos cambios en la tasa máxima convencional. Agregan que la competencia ya es muy fuerte en el sector bancario chileno con 6 actores grandes «universales» que van desde el ABC1 al D y que quieren todos acercarse al 20%.

Hay quienes, además dicen, que es necesario acotar las expectativas ya que un proyecto así impactaría muchos menos que la portabilidad numérica. Los bancos deben hacer perfiles de riesgo de los nuevos clientes y no siempre van a aceptar a los nuevos postulantes. «No es lo mismo que cortarle el servicios de celular, que rematar la casa en caso de no pago», explican en un banco.

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