Colaboración, piedra fundamental de la Transformación Digital

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Por: Pablo Marrone, Responsable Regional de Ventas del Área de Colaboración de Cisco

Según KPMG, el 96% de los CEO en Latinoamérica cree que su organización no va a cambiar durante los próximos tres años. Pero lo cierto es que todos ellos están equivocados, la transformación digital destruye en meses propuestas de valor que llevaron años en consolidarse.

La colaboración es el catalizador de la creatividad y productividad de las empresas que sobreviven al desafío de la digitalización alrededor del mundo. Al conjugar distintas soluciones y diferentes elementos comunicativos, torna irrelevante la ubicación del usuario, el dispositivo que usa, e incluso el momento del día ya que habilita equipos diversos y dispersos con verdadera flexibilidad multidimensional.

Con la llegada de la transformación digital, ya no importa donde se encuentren físicamente los trabajadores, la idea de una buena colaboración es hacer que ellos aporten con nuevas ideas y que se compenetren con el negocio dondequiera que estén. La colaboración entrega las herramientas necesarias, para que los equipos que cruzan las organizaciones puedan traer nuevas ideas y generar la nueva productividad que hace falta.

La realidad es que no es posible reinventar un negocio sin volver a pensarlo desde su mismo origen, en todos sus flujos productivos o casos de uso. En este sentido, es necesario que el departamento de recursos humanos, mercadeo y tecnología informática estén interesados en saber cómo hacen todos y cada uno de los procesos, a pesar de que ellos no los ejecuten directamente, para que entre todos se aumente la productividad.

En el pasado se pensaba que la colaboración era que los departamentos que tenían cosas en común pudieran trabajar entre sí por un tiempo determinado. Hoy, cualquier persona de cualquier parte de una organización tiene que ser capaz de trabajar con cualquier otra. El organigrama se esfuma como marco de ejecución y medición.

A nivel empresarial nos cuesta pensar en la transformación digital como algo que utilizamos día a día, por ello, el mayor problema es el humano, y ahí es donde la colaboración entra en juego, ya que tiene que ver con el grado de madurez de la compañía en la que se está implementando.

El mejor ejemplo para explicar esto es comenzar a parametrizar las interacciones laborales como reuniones. En cualquier interacción laboral se dan una o más de estas condiciones: participan más de 2 personas, una está remota, hay información que intercambiar, o es una sesión de entrenamiento. O sea, la vida corporativa es una sucesión de reuniones a lo largo de todo el día.  Dispositivos como el “teléfono” son hoy insuficientes para un entorno laboral de “reuniones”, a las que hay que poder sumarse física o virtualmente.

Por ello, lo más importante es poder pasar la información del mundo real al virtual, sin que la experiencia “se rompa”, en cualquier momento y desde cualquier lugar para así colaborar constantemente en una sola experiencia.

Este es el foco que se debe trabajar, sobre todo en Latinoamérica, donde cada espacio de trabajo sufrió una nueva transformación, que ya se pasó de lo real/físico a lo virtual, donde podemos reunirnos y colaborar desde cualquier lugar donde nos encontremos. Además, existe la necesidad de simplificar la adquisición y consumo de las tecnologías involucradas. Adquirir como calling, meeting y teams, debe ser tan simple como quien compra una suscripción a Netflix: apretar un botón y ¡listo para usar!

En nuestra región, los sectores que primero han definido la colaboración como un foco importante en su negocio son retail, banca y salud, debido a lo competitivo de su demanda. Las expectativas de los clientes de estas industrias cambian constantemente y la disrupción se acelera, por lo que las empresas necesitan hoy más que nunca agilidad digital.

En este sentido existen muchas posibilidades, por ejemplo, en el retail físico. Si tu estas comprando ropa en una tienda, elijes un vestido y vas al probador, un ejemplo de colaboración entre tecnología y humanos sería tener la posibilidad de que el probador tuviera distintos tipos de iluminación para que te hagas una idea de cómo se te verá ese vestido en la noche o en el día. Luego podrías apretar un botón de cierto color y un empleado de la tienda puede traerte el mismo vestido en otro color. En colaboración todo se basa en la experiencia, ahí está la clave.

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