Tecnologías de transporte para ciudades inteligentes, sostenibles y amigables

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Por: José Orlandini R., Gerente de División Servicios de SONDA

La Revolución Digital plantea diversos desafíos para los gobiernos locales, regionales y nacionales; comunes tanto para los países desarrollados como en vías de desarrollo. Uno de los objetivos es planificar el espacio urbano a partir del concepto Smart Cities (ciudades inteligentes); aquellas donde se ha integrado una capa de soluciones tecnológicas que mejora y apoya la vida cotidiana de los ciudadanos, haciendo más eficiente su interacción con los distintos servicios y sectores productivos.

Los focos estratégicos de las ciudades inteligentes son seguridad, salud, sustentabilidad, educación, comunicaciones, energía y transporte. Estos ámbitos deben abordarse de manera integrada y coordinada, para que las iniciativas en torno a cada uno se traduzcan en mejoras sustanciales tanto en la calidad de vida de sus ciudadanos, como en la gestión de la ciudad por parte de sus autoridades.

Por su impacto directo en la calidad de vida de las personas, el transporte es uno de los pilares básicos de toda Smart City. Pero, para hablar con propiedad de un “transporte inteligente” hay que considerar tres factores clave: Recaudo (cobro por medios electrónicos); Información al usuario (recorridos, tiempos de espera, contingencias y disponibilidad de estacionamientos, entre otras variables); y Gestión de Flota (control integrado de operación de buses y servicio al público).

En el ámbito de los Sistemas de Pago y Recaudo, es esencial que las personas puedan pagar mediante tecnologías abiertas. Esto implica, necesariamente, entregar más opciones de pago para que los ciudadanos elijan la más conveniente, como account based smartphones, tarjetas sin contacto, tarjetas financieras (crédito o débito), códigos QR y mWallets, entre otras.

Los actuales ciudadanos son, en forma creciente, cada vez más digitalizados y portan en sus smartphones una capacidad de transmisión de datos tan grande, que hasta parece anacrónico recurrir a tarjetas adicionales de pago.

Además, se pueden incorporar avances adicionales, como reconocimiento biométrico o facial integrado al sistema de cobro. Esta es una solución que se utiliza preliminarmente en Brasil y, como plan piloto, en Metro Regional de Valparaíso, donde los usuarios ya pueden cruzar los  torniquetes sólo con un código QR, asociando la identificación o el teléfono del usuario a una cuenta centralizada, que tiene una gran red de soporte de seguridad integrada.

El transporte inteligente debe, asimismo, ofrecer más incentivos al usuario para que el sistema sea virtuoso. Por ejemplo, en Europa, si una persona deja su auto en un estacionamiento cercano a su domicilio, y luego se desplaza en bus hasta su trabajo, se le aplica una rebaja en la tarifa de ese pasaje, como “premio”.

También es imprescindible contar con una amplia red de comercialización y recarga que esté disponible en toda la ciudad, no sólo en los terminales, e integrar tarifas entre diferentes medios, no sólo bus y metro.

El “Recaudo Inteligente” implica también contar con una red de carga automatizada, como ya se emplea en los Metros de Nueva York y Panamá.

Otro aspecto que hoy podemos implementar, son los Sistemas de Información al Usuario y Gestión de Flotas. Para ello, no basta contar únicamente con dispositivos GPS, sino que también hay que incorporar avances como video, redes 4G y Big Data, entre otros. Así se tendrá información en tiempo real que permitirá mejorar la seguridad en los buses y dará la opción de tomar decisiones centrales rápidas.

En el ámbito de Información al Usuario, se da una paradoja, pues mientras la autoridad busca incentivar el uso del transporte público, el usuario no cuenta con la información necesaria para optar por él. Por esto, es necesario mejorar este aspecto, que es crítico para que un sistema de transporte sea exitoso.

Los sistemas eficientes cuentan con paneles de información dinámica en buses, paradas y calles, así como aplicaciones para teléfonos, páginas web y, sobre todo, una interacción eficiente en redes sociales. Este último factor es importante, no sólo para contingencias o crisis, sino también para indicar, por ejemplo, dónde y a qué hora pasan los buses; o cómo combinar con otros servicios como estacionamientos y estaciones de transferencia, entre otras opciones.

Para ello es fundamental utilizar sistemas abiertos de información. El transporte público urbano será verdaderamente inteligente cuando las autoridades y usuarios cooperen entre sí. Por ende, la información pública debe ser lo suficientemente libre para permitir mejor interacción.

Como SONDA, hemos desarrollado exitosamente todos estos sistemas en Latinoamérica, donde tenemos posiciones, como en Transantiago, Metro de Valparaíso, Metro de Panamá, SAEF El Salvador, Gran terminal Albrook de Panamá y SUBE de Buenos Aires. Estos proyectos nos han permitido conocer de cerca las necesidades de los usuarios finales, y desarrollar estrategias necesarias para que el transporte público contribuya a impulsar una auténtica ciudad inteligente y amigable.

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