Lo mejor y lo peor de la innovación y el emprendimiento chileno en 2014

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Si hay algo claro es que Chile despide este 2014 con un ecosistema de emprendimiento e innovación que nunca estuvo más vivo, fuerte y grande en su historia. Esa es, por lejos, la principal conclusión de algunas de las voces más influyentes del entorno local, quienes destacan también el papel decisivo que jugaron entidades como la Corfo y, desde el mundo privado, la Asech.

Para Inti Núñez, gerente de emprendimiento de la Corfo, uno de hitos más importantes del año fue el lanzamiento de la nueva política de ese organismo para convertir a Chile en el país con el mejor ecosistema para emprendimientos entre los países emergentes. El otro, según dice, es la tendencia al alza en la inversión de Corfo en emprendimiento dinámico. «En 2014 se invirtieron por sobre los $20.000 millones y para 2015, los recursos superarán los $27.000 millones, que es casi el doble de lo que destinábamos a estos emprendimientos hace dos años». Por su parte, Patricio Aguilera, gerente de Innovación de laCorfo, destaca los diferentes programas de la Agenda de Productividad, Innovación y Crecimiento para incentivar la inversión privada en I+D e innovación.

emprendimientos1Para la emprendedora Alejandra Mustakis, en tanto, lo mejor de 2014 fue que hubo mucha más gente que entendió la importancia del emprendimiento como base para alcanzar un mejor país, con mayores oportunidades para todos. «Hoy existen varias iniciativas que han sido claves para el desarrollo de este. Destaco a Corfo en el sector público, y la Asech, como agrupación privada, convirtiéndose estos últimos en líderes protagónicos en la opinión publica, generando un movimiento que ha logrado importantes acciones, poniendo al emprendimiento como uno de los pilares en el desarrollo del país», dice.

La colaboración entre los distintos actores es también una de las mejores cosas del año según María de los Ángeles Romo, la directora ejecutiva de Endeavor. «El ambiente pro emprendiendo hace unos años no existía. La colaboración del Gobierno y organizaciones como Endeavor, Asech, EY, entre otras, que trabajan con el propósito de contribuir al desarrollo económico del país, a través de los emprendedores. Con el esfuerzo de muchos, hoy Chile se ha posicionado como un país de emprendedores y de innovadores», dice.

A juicio de Isidora Undurraga, directora ejecutiva de los premios Avonni, 2014 fue un año de acomodamiento, de consolidaciones y de nuevas apuestas en relación con políticas públicas pro emprendimiento, productividad e innovación. «Creo que el trabajo hecho desde el año pasado con relación a la promulgación del Año de la Innovación activó los ecosistemas pro innovación y los emprendimiento provenientes, principalmente, del mundo emprendedor y del «tercer sector». En ese sentido, creo que es una de las cosas buenas de este año. Reflejo de esa consolidación son los proyectos como el IF en donde en un mismo espacio se integran empresas, academias, fundaciones y emprendedores para trabajar de forma colaborativa en pro del desarrollo, como también del Centro Anacleto Angelini en materia académica», dice.

53-Formando_EmprendimientoPor su parte, Javier Ramírez, director de Innovación de la Universidad de Chile, cree que lo mejor del año es el resultado de un largo proceso de fomento a la innovación basada en ciencia y que al fin comienza a rendir frutos. «Esto se manifiesta en distintas áreas: la efervescencia palpable en el ecosistema nacional; la incorporación de nuevos actores, que van desde estudiantes y emprendedores hasta la instalación de empresas y centros de excelencia internacionales, y la resonancia a nivel mundial que ha tenido el país, a través de programas como Start-Up Chile, de Corfo».

Para Julián Ugarte, director ejecutivo de Socialab, uno de los aspectos más destacados del año que se va es que el FiiS logró consolidarse como un evento importante que puede perdurar en el tiempo. Así también destaca la instauración de un barrio del emprendimiento al alero del IF, donde más de 40 organizaciones comparten oficinas y un teatro en el barrio Italia. Sebastián Vidal, director ejecutivo de Start-Up Chile, destaca también la consolidación de startups tecnológicas chilenas en el mercado como Babytuto, próximo a abrir operaciones en Colombia, o Motion Displays que ya está en la industria del retail en Chile y con posibilidades de escalar en Latinoamérica.

Cristóbal García, director de Jump Chile, suma también el florecimiento de la actividad de la innovación y el emprendimiento en regiones, lo que, a su juicio, debería aumentar el próximo año gracias a los nuevos anuncios de las autoridades.

Por su parte, Nils Galdo, general manager de Inversur Capital, dice que lo mejor del año fue ver que cada día están naciendo más y mejores emprendimientos, con soluciones innovadoras para las problemáticas actuales. «Si a esto sumamos lo que se ha consolidado a la fecha del ecosistema nacional y lo que se irá potenciando próximamente con una marcada conexión internacional, estimo que se augura un próximo año más potente», dice.

Tareas pendientes

Pero no todo fue perfecto este 2014. Como toda economía en desarrollo, el ecosistema chileno todavía tiene bastante que mejorar. Para Inti Núñez falta desarrollar aún más los ecosistemas regionales de emprendimiento e innovación, mientras que Patricio Aguilera dice que es necesario crear más masa crítica de empresas que incorporen estratégicamente la innovación en sus procesos y productos. «Es así que entre las prioridades de Corfo para 2015 se destacan instrumentos y líneas que apuntan a aumentar el número de empresas chilenas innovadoras, promoviendo la inversión en I+D e innovación, y potenciando la cobertura de nuestros apoyos con las empresas», asegura.

EmprendimientoPara Alejandra Mustakis, la discriminación y el poco diálogo en algunas instancias fue lo peor del año. «El no generar los puentes necesarios para trabajar por un Chile mejor entre todas las partes y la poca diversidad de pensamiento y formas que encontramos en las distintas mesas», apunta.

Tanto Nils Galdo como María de los Ángeles Romo, en tanto, creen que entre lo menos destacable del año estuvieron las señales de desaceleración y la incertidumbre generada, por ejemplo, por la reforma tributaria. «La tarea todavía pendiente de las pymes para informarse, evaluar el impacto individual y aprovechar, por ejemplo, la depreciación instantánea, la posibilidad de pagar postergadamente el IVA hasta por 60 días y el beneficio que sustituyó la derogación del FUT», dice Romo.

Para Isidora Undurraga, algunas de las falencias que se mantuvieron fue la poca importancia que se le dio al desarrollo tecnológico y de inclusión de género y multicultural. «La manera de liderar mercados es desarrollando proyectos de investigación aplicada, y eso en nuestro país todavía es un tema pendiente. A las empresas les falta todavía generar sus propios centros de I+D competitivos que les permitan generar conocimiento», dice. De opinión similar es Javier Ramírez, quien agrega que en términos de innovación aún no se logra evolucionar desde una política de Gobierno a una política de Estado. «Existe consenso en que la innovación es una herramienta fundamental para el desarrollo, pero esa comprensión aún no se traduce en políticas permanentes, que trasciendan las coyunturas del gobierno de turno, y que generen incentivos permanentes y una institucionalidad acorde al desafío», dice.

Sebastián Vidal, en tanto, cree que la falta de inversionistas sigue siendo el «talón de Aquiles» del ecosistema de emprendimiento. «Aún no existe una masa crítica que invierta en startups durante la etapa de consolidación de las empresas (Valle de la Muerte), por lo que el Gobierno tiene que salir a llenar las necesidades de las empresas que generan innovación en el país», apunta. En la misma senda, Cristóbal García cuestiona la lentitud con que la empresa privada -salvo contadas excepciones- abraza la innovación y el emprendimiento corporativo no como una moda, sino como un eje central de su crecimiento futuro. También critica «la falta de una estrategia país a 30 años, que incluya al sector público, la industria y la academia con una agenda táctica a cinco años, con el objetivo de cambiar nuestra matriz productiva de una vez por todas y, así, aumentar nuestra complejidad económica».

Julián Ugarte, por su parte, cree que si bien el presupuesto del Gobierno en temas de emprendimiento e innovación fue mayor, «el foco político es otro, y por esto estos temas no son parte importante de la discusión país». «No hubo muchas iniciativas nuevas, sino maduración de muchas de las ya existentes y algunas pocas nuevas», añade.

Fuente: Economía y Negocios.

jtraverso

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Juan Pablo Traverso, Ingeniero Civil Industrial y MBE de la Universidad de Chile.

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