La banca móvil se atora en Latinoamérica

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Más del 50% de la región no tiene una cuenta bancaria, por lo que se proyecta un alto crecimiento y mayor oferta de servicios.

Aunque la banca móvil es una de las tendencias de más rápido crecimiento en el sector «mobile», aún no prende en Latinoamérica como lo ha hecho en otras regiones. ¿Por qué? La banca móvil ofrece a quienes no tienen acceso a servicios financieros -los no bancarizados- la capacidad de participar en una variedad de servicios de este tipo desde sus smartphones o tables.

Ventajas

Entre las operaciones que pueden realizar, se encuentran: transacciones bancarias y depósitos, además de almacenamiento seguro de valores, y todo, sin tener que «ir al banco». Los costos de los servicios virtuales son por lo general inferiores a los de las sucursales. Las transacciones, instantáneas y los clientes no dependen del efectivo.

Debido a que los clientes usan su propio aparato, los servicios móviles no solo serán más accesibles, sino que se pueden realizar en cualquier momento del día, lo que ofrece a los clientes una mayor conveniencia.

La discusión se centra en los servicios de banca móvil como medio de almacenamiento o transmisión de valor, en lugar de acceso móvil a cuentas que ya existen en instituciones financieras tradicionales.

¿Por qué no hay más banca móvil en Latinoamérica?

Para la mayor parte de los bancos, estas ventajas no se logran en la región. Según la GSMA, hay 17 despliegues de servicios de banca móvil en Latinoamérica: Argentina, Brasil, Chile, Colombia, República Dominicana, El Salvador, Guatemala, Haití, Honduras, Nicaragua, Paraguay, Uruguay y Venezuela cuentan con ellos.

Entre las operaciones más populares, se encuentran: la recarga de tiempo aire, pago de cuentas y transferencias nacionales. Algunos bancos ofrecen el pago de créditos, los pagos del gobierno a personas y el pago de sueldos. Pero estos despliegues representan solo el 13% del total mundial de 130 servicios de banca móvil comercial.

África y Asia, en contraste, cuentan en conjunto con 93 despliegues, que representan el 71% de la cantidad total de sistemas a nivel mundial. ¿Por qué Latinoamérica se queda atrás de África y Asia en cuanto a adopción de banca móvil? Pueden haber muchas razones. Una hipótesis apunta a la tradicional ley civil que prevalece en gran parte de Latinoamérica, a diferencia del sistema común que hay en otros países.

El «prejuicio» de las leyes

Aunque quizás sea debatible, una visión es que los sistemas legales comunes entregan más flexibilidad para innovar; se pueden hacer cosas si no están prohibidas en la ley. En sistemas de leyes civiles, en contraste, el comportamiento está prohibido hasta que se defina y permita expresamente. Por lo tanto, en los países de Latinoamérica con sistemas de leyes civiles, existe una barrera incorporada para innovar en sistemas de banca móvil que no se ajustan al marco regulatorio existente.

Este prejuicio contra la innovación crea la necesidad de revisar la regulación, en este caso entregar una certeza regulatoria y la resultante apertura en el mercado para la entrada y crecimiento de servicios de banca móvil.

En lo que parece ser un desarrollo positivo, varios gobiernos latinoamericanos están dando los pasos para crear estos marcos revisados con respecto a la banca móvil. Otro factor es la dificultad de coordinación entre las distintas agencias de gobierno involucradas en la banca móvil. La participación de varios reguladores, que por lo general informan a ministerios separados, crea desafíos con respecto a la creación o supervisión de un ambiente propicio para servicios de banca móvil latinoamericana.

Para avanzar en banca móvil en Latinoamérica (y como ha sido el caso en otras regiones), un enfoque integral para reformar necesitará la cooperación o coordinación entre las entidades a cargo de los pagos, banca, telecomunicaciones y protección del consumidor.

Por último, aunque un porcentaje importante de la población latinoamericana no tiene acceso a servicios financieros, esta escasez no es tan marcada como en otras regiones, como África y Asia. Según GSMA, casi el 53% de la población en la región tiene acceso a servicios financieros, en comparación con el 30% de África y el 36% de la región Asia-Pacífico.

Además, los clientes bancarios en varios mercados latinoamericanos ya cuentan con acceso a servicios financieros a través de proveedores no móviles, como servicios bancarios sin sucursal en Brasil, México y Perú, además de la relativamente alta penetración de sucursales bancarias tradicionales en México.

Panorama optimista

En septiembre del 2011, bancos centrales y reguladores de todo el mundo -incluido Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Jamaica, México, Panamá, Paraguay y Perú- firmaron la Declaración Maya sobre Inclusión Financiera, que integra entre sus áreas de acción la creación de un ambiente propicio para aprovechar la nueva tecnología con el objetivo de aumentar el acceso y reducir los costos de los servicios financieros.

La declaración también busca implementar un marco que pueda ayudar a crear sinergias. Varios países utilizaron la firma de la declaración para anunciar nuevas iniciativas para ampliar el acceso a servicios financieros. Brasil anunció que lanzaría una sociedad nacional para inclusión financiera y Perú se comprometió a promulgar antes del 2014 una nueva ley que regulará el dinero electrónico.

Además, alianzas regionales como la iniciativa Transfer que anunciaron recientemente América Móvil, Banamex, Citi y Banco Inbursa y la empresa de riesgo compartido entre Telefónica y MasterCard indican una solidez en la entrega de servicios financieros móviles en la región. Muchos de los beneficios de la banca móvil que se han observado en Asia y África pueden lograrse en Latinoamérica. Pero como se enfatizó anteriormente, la necesidad de servicios financieros no es tan extrema, a pesar de que más del 50% de los habitantes de la región aún no tiene una cuenta bancaria.

A medida que los gobiernos, reguladores, operadores móviles, bancos y potenciales clientes perciban los beneficios de la banca móvil, es más probable que los proveedores de servicios e inversionistas aprovechen los nuevos ambientes para generar inversión.

Jeff Bernstein es Analista de Telecommunications Management Group.

Entrevista de Business Americas.

 

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