Inteligencia Artificial, más que tecnología

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Fuente: www.portafolio.co

Un reciente informe del BBVA Research estima que la cantidad de usuarios de la banca digital en Colombia aumentaría 721% en la próxima década.

En las últimas décadas, se han reducido los índices de crecimiento del producto interno bruto (PIB) mundial y las principales economías suramericanas no han sido la excepción. Incluso el periodo de alto crecimiento que disfrutaron en la primera década de este siglo ha dado lugar a un casi estancamiento.

Las principales mediciones de la eficiencia económica han caído de manera pronunciada y el volumen de la mano de obra también se está reduciendo en la región.

Los economistas siempre han pensado que las nuevas tecnologías generan crecimiento a través de su capacidad de mejorar la productividad total de los factores (PTF). Sin embargo, en la actualidad presenciamos el despegue de otro conjunto transformacional de tecnologías, comúnmente denominadas ‘Inteligencia Artificial (IA)’.

Esta corriente tecnológica tiene el potencial de superar las limitaciones físicas del capital y la mano de obra, generando nuevas fuentes de valor y crecimiento en los países, con potencial de aumentar hasta en un punto porcentual los índices de crecimiento económico anual de la región para el año 2035.

Muchos consideran a la Inteligencia Artificial como algo similar a los inventos tecnológicos del pasado. Si creemos esto, podemos esperar cierto crecimiento, pero nada transformativo. La Inteligencia Artificial tiene el potencial de ser no solamente otro factor que impulsa la PTF, sino un factor de producción completamente nuevo. ¿Cómo puede ser esto posible? La clave es darse cuenta de que la Inteligencia Artificial es algo más que otra oleada tecnológica. Se trata de un híbrido único de capital y mano de obra. A diferencia de las tecnologías anteriores, esta crea una fuerza laboral completamente nueva que puede replicar las actividades laborales a mayor escala y velocidad, e incluso realizar algunas tareas que superen las capacidades de los humanos.

Sin mencionar que en algunas áreas tiene la capacidad de aprender más rápido que las personas-aunque, por ahora, sin la misma profundidad. Por ejemplo, al utilizar asistentes virtuales, se pueden revisar 1.000 documentos legales en cuestión de días en lugar de hacerlo en seis meses con un equipo de tres personas.

Análogamente, puede materializarse como capital físico, como por ejemplo los robots y las máquinas inteligentes. Y, a diferencia del capital convencional como son las máquinas y los edificios, puede mejorar con el tiempo, gracias a sus capacidades de auto-aprendizaje.

En Colombia, por ejemplo, la Inteligencia Artificial podría aumentar el VAB (valor agregado bruto) del país en US$ 78.000 millones en el 2035.

Un poco más de la mitad de ese monto (US$ 42.000 millones) provendrá del canal de aumento de la capacidad del capital y la mano de obra. Además, la automatización inteligente representará US$ 24.000 millones y la difusión de la innovación, US$ 12.000 millones.

El sector de servicios financieros de Colombia es un buen candidato a conducir al país hacia una era de crecimiento impulsado por la Inteligencia Artificial.

Representando alrededor de un quinto del valor agregado en la economía, es lo suficientemente grande como para tener un impacto considerable, y puede tener un efecto derrame para estimular a otras industrias. Al mismo tiempo, los consumidores del país están sedientos de tecnologías que proporcionen soluciones convenientes. 

Un reciente informe del BBVA Research estimó que la cantidad de usuarios de la banca digital en Colombia aumentará nada menos que un 721 por ciento en la década hasta el 2025, llegando a 15,6 millones de personas ese año.

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