La ‘fintech’ despega en América Latina

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Fuente: Expansion.com

La madurez del ecosistema emprendedor y el creciente interés del capital riesgo han disparado las expectativas de una industria que puede ayudar a incrementar la inclusión financiera en la región.

«Revolucionando las finanzas en México». De este modo se presenta en su cuenta de Twitter Vicente Fenoll, consejero delegado y cofundador de Kubo Financiero, la primera comunidad online de servicios financieros entre personas en México. Toda una declaración de intenciones de este mexicano, formado en España, que en 2010 abandonó la dirección general de Fincomún, una financiera con más de 1.200 empleados que él mismo fundó, para dar el salto al pujante mundo del fintech.

«La idea de Kubo nace en Madrid con la idea de ser un marketplace de servicios financieros, al estilo de Amazon», explica por teléfono Fenoll. Se trata de una plataforma que pone en común a usuarios que necesitan crédito con inversores particulares que están dispuestos a prestárselo a cambio de un interés. «Desde 2012 hemos recibido más de medio millón de solicitudes y otorgado 16.000 créditos. Cada mes registramos 800 transacciones», destaca.

Como Fenoll, una nueva ola de emprendedores ha surgido en América Latina y el Caribe al calor de una revolución global que está transformando la forma de ofrecer los servicios financieros. Una región que presenta retos mayúsculos en términos de bancarización de la población, acceso a financiación y lucha contra el fraude. Y en la que la tecnología puede jugar un papel destacado.

«La reconfiguración de la industria de servicios financieros consiguiente a la irrupción de las fintech muy probablemente contribuirá a reducir la brecha de financiamiento que afecta al sector productivo de la región», opina Juan Antonio Ketterer, jefe de la división de Conectividad, Mercados y Finanzas del Banco Interamericano de Desarrollo (BDI).

CONCENTRACIÓN

En total, en 2016 había contabilizadas en América Latina 703 empresas fintech, según datos de la aceleradora Finnovista y el BDI. Un dato que varía casi cada semana dada la pujanza que vive la industria en toda la región.

Por países, Brasil, con 230 start up de servicios financieros contabilizadas, México (180), Colombia (84) y Argentina (72) lideran la revolución del fintechlatinoamericano. Territorios con una sólida industria financiera nacional, que sirve como fuente de talento para el sector, y con ecosistemas de emprendimiento consolidados como pueden ser Bogotá, Sao Paulo o Ciudad de México.

«Hay concentración por países, por sectores y por compañías, lo cual no es muy diferente de lo que sucede en otras regiones más desarrolladas», apunta Oskar de la Miel, socio director de Rakuten Capital, el brazo inversor del gigante japonés del comercio electrónico, y la persona que decide en último término en qué empresas fintech invierte la compañía.

CAPITAL RIESGO

En 2017 el capital riesgo protagonizó 90 operaciones en empresas tecnológicas de servicios financieros en América Latina, un 40% más de las registradas en 2014. De ellas, un tercio tuvo lugar sólo en Brasil.

«El problema con América Latina ha sido la inestabilidad de los últimos gobiernos, la excesiva regulación y la burocracia que han lastrado el desarrollo del sector y evitado que haya habido más inversiones y salidas a Bolsa. Brasil, además de ser el centro financiero de la región, ha tenido gobiernos más estables que han abierto el sector al capital extranjero», señala.

En términos de inversión, la evolución de los fondos procedentes del venture capital es prometedora, aunque todavía está muy lejos de la que registran regiones punteras como EEUU o Europa. De los cerca de 28.000 millones de dólares invertidos en fintech el ejercicio pasado en todo el mundo, apenas un 2%, 570 millones, acabaron en start up latinoamericanas, según datos de CBInsights.

Se trata además de un sector muy polarizado en el que conviven un puñado de gigantes con un pequeño ejército de pequeñas empresas. Se estima que más del 50% de las firmas tiene menos de diez empleados. Por contra, las empresas con más de 250 trabajadores apenas representan un 1% del total.

MÉXICO

El caso de México, con 30,6 millones de jóvenes, es un buen ejemplo de los retos a los que se enfrentan las empresas fintech en la región. Mientras que la penetración de los teléfonos inteligentes supera al 80%, apenas el 50% de la población es titular de una cuenta bancaria en el país.

«Hay dos razones fundamentales que explican el boom del fintech en México: la cercanía a Estados Unidos y el retraso del sistema bancario», indica Asier Uribeechebarria, consejero delegado del roboadvisor Finanbest.

«Es uno de los países menos bancarizados del mundo, por detrás de muchos estados africanos», añade este emprendedor, con varias décadas de experiencia en el sector financiero, y que ocupó el cargo de responsable de Márketing de Banco Sabadell en el país azteca entre 2014 y 2015.

«No existe el concepto de domiciliación, una parte importante de la población sigue yendo a pagar las facturas del agua o de la luz de forma física. Además, la mayor parte del crédito personal se realiza a través de tarjetas de crédito con un interés brutal, cercano al 20%», explica Uribeechebarria.

Así se explica que más de la mitad de las start up en la región estén trabajando en herramientas de financiación alternativa o en medios de pago. «Hay un porcentaje de la población en zonas rurales a las que no se está prestando servicio con los canales de distribución tradicionales», señala Fenoll.

Las pequeñas y medianas empresas tampoco lo tienen fácil a la hora de encontrar fuentes de financiación. De hecho, apenas el 40% de ellas puede acceder a un crédito bancario. «Los servicios financieros contribuyen al desarrollo de la vida de la gente. Cuando tienes acceso a dinero para mejorar tu vivienda o tu negocio, mejoras tu calidad de vida», sostiene el consejero delegado de Kubo Financiero. Según el BDI, cerca del 70% del crédito que conceden estas nuevas plataformas de financiación acaba en manos de pequeños y medianos empresarios, por el 30% que se destina al crédito al consumo.

LEY PIONERA

Con esta problemática en mente, el Gobierno de Enrique Peña Nieto firmó en marzo una ley para regular a estas nuevas compañías. Se trata de la primera norma específica para empresas fintech de toda América Latina , algo que, en opinión de José Francisco Meré, presidente de Fintech México, «va a provocar que crezca el flujo de inversiónen el país y ayude a consolidar el sector».

Entre las novedades que incorpora la ley está el reconocimiento del cliente como propietario de los datos que cede a la entidad. Esta interpretación obliga a las entidades a compartir la información de sus usuarios con terceros, lo que abre un enorme abanico de oportunidades para las fintech. Algo que ya sucede en España con la entrada en vigor de MifidII y el nuevo reglamento general de protección de datos.

Además, la nueva ley contempla la creación de un sandbox, o banco de pruebas, para que las empresas del sector puedan experimentar con nuevos productos y servicios en un entorno controlado. Un modelo importado de Reino Unido y que en España la nueva industria de servicios financieros reclama desde hace años.

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