Bancos: afectados por su propio éxito

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La industria financiera ha comenzado a moderar su ritmo de expansión, producto de altas bases de comparación y su nivel de consolidación.

La banca chilena vive un momento clave en su negocio de financiamiento a personas. Todo gracias a la problemática que quedó al descubierto con las malas prácticas de la división de crédito del retailer La Polar. Y no es que haya un riesgo sistémico por la exposición de los bancos en la deuda de la casa comercial (Celfin Capital la estima en US$ 298 millones a marzo, un 0,2% de los créditos otorgados por la banca), sino que muchos quieren impulsar un cambio clave en la ley que regula a los emisores de tarjetas de crédito: la obligación de crear una  base de datos unificada que consolide las deudas que cada persona tiene con retailers, bancos y otros organismos que otorgan crédito. Una demanda histórica de la banca por algo que hoy no existe por proteger la privacidad de los datos de las personas.

De producirse el cambio, podría darse un nuevo impulso para una industria que mantiene buenos resultados de años anteriores, pero que comienza a moderar su ritmo de expansión. En Bci Estudios sostienen que esto va “en línea con la madurez que ha alcanzado el mercado en nuestro país, y la mayor base de comparación dadas las sobresalientes cifras de 2010”.

La deuda consolidada traería beneficios para la banca. Pero también hay riesgos, dice el gerente de estudios de Tanner Corredores de Bolsa, Claudio  González. “Habrá mayor competencia para el retail, porque los bancos tendrían información detallada de los clientes de casas comerciales y podrían generar productos para seducir a los clientes que los retailers tienen cautivos”, dice. “Pero con esto el escenario de provisiones para la banca también cambiaría, porque tendría que empezar a recalificar el riesgo de los clientes según su comportamiento en el retail”.

La banca chilena vive un momento clave en su negocio de financiamiento a personas. Todo gracias a la problemática que quedó al descubierto con las malas prácticas de la división de crédito del retailer La Polar. Y no es que haya un riesgo sistémico por la exposición de los bancos en la deuda de la casa comercial (Celfin Capital la estima en US$ 298 millones a marzo, un 0,2% de los créditos otorgados por la banca), sino que muchos quieren impulsar un cambio clave en la ley que regula a los emisores de tarjetas de crédito: la obligación de crear una  base de datos unificada que consolide las deudas que cada persona tiene con retailers, bancos y otros organismos que otorgan crédito. Una demanda histórica de la banca por algo que hoy no existe por proteger la privacidad de los datos de las personas.

De producirse el cambio, podría darse un nuevo impulso para una industria que mantiene buenos resultados de años anteriores, pero que comienza a moderar su ritmo de expansión. En Bci Estudios sostienen que esto va “en línea con la madurez que ha alcanzado el mercado en nuestro país, y la mayor base de comparación dadas las sobresalientes cifras de 2010”.

La deuda consolidada traería beneficios para la banca. Pero también hay riesgos, dice el gerente de estudios de Tanner Corredores de Bolsa, Claudio  González. “Habrá mayor competencia para el retail, porque los bancos tendrían información detallada de los clientes de casas comerciales y podrían generar productos para seducir a los clientes que los retailers tienen cautivos”, dice. “Pero con esto el escenario de provisiones para la banca también cambiaría, porque tendría que empezar a recalificar el riesgo de los clientes según su comportamiento en el retail”.

Los analistas ven que el crecimiento en la competencia dentro de la industria durante los últimos años incidirá en que los bancos enfoquen sus estrategias a reducir costos y mejorar estándares de eficiencia.

Dentro de las tendencias que destacan una serie de aumentos de capital, el Informe de Estabilidad Financiera del Banco Central del primer semestre de 2011 dice que la base de capital de la banca aumentaría en US$ 2.400 millones este año.

Las acciones del sector bancario han tenido un desempeño favorable en el último tiempo, cada una de ellas con retornos superiores a 25% en los últimos 12 meses. Analistas coinciden en que los mayores riesgos se relacionan con el alto nivel de competencia en todos los segmentos de crédito, en especial consumo y vivienda. Esto, junto con nuevas regulaciones, menores comisiones y mayores provisiones, “pueden afectar la rentabilidad de la banca”, dice Campos.

También apuntando a que exista una mayor competencia, medidas como un proyecto de ley que obliga a que los bancos liciten los seguros de desgravamen de los créditos hipotecarios, nuevas normas que impiden cambios unilaterales en los contratos o el límite a cambios en las tasas de interés de créditos hipotecarios, obliga a que las entidades aumenten su eficiencia en la generación de servicios comisionables de mayor valor agregado.

Finalmente, buscando disminuir el riesgo de la industria ante posibles escenarios adversos como el vivido durante la crisis financiera de 2008, desde enero de este año una nueva normativa comenzó a elevar las exigencias de las provisiones a colocaciones comerciales y provisiones anticíclicas, lo cual impactará en la utilidad de la banca.

Fuente:americaeconomia.com /Italo Cornejo Reyes

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