Importancia de personas y procesos en la eficiencia operativa de los data centers

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Por: Juan Ernesto Landaeta, Gerente Corporativo de Servicios de Data Center y Cloud de SONDA

El avance que experimentan actualmente los servicios en la nube reducirán drásticamente, y muy pronto, la cantidad de centros de cómputo, especialmente los on-premise o propios de las organizaciones.

La principal razón es que hoy los directorios prefieren invertir en proyectos de crecimiento a su negocio principal antes que gastar altas sumas de dinero en adquirir infraestructura de TI propia, y para ello es preferible contratar proveedores de servicios de data center especializados que son capaces de asumir el desafío de la continuidad operacional con mayor eficiencia y a menor costo.

Sin embargo, este incremento en la demanda por servicios de data center y cloud, empujado por la ola de estrategias de transformación digital en las empresas, tiene sus riesgos, porque la competitividad del mercado hace surgir alternativas que adolecen de las credenciales necesarias para garantizar los estándares mínimos de calidad, seguridad y disponibilidad. Por esto, las empresas deben optar siempre por contratar servicios que cumplan con estándares de clase mundial certificados por entidades reconocidas.

Esto, que parece muy lógico, en la práctica no siempre es así, ejemplos hay muchos. De hecho, en Chile lamentablemente hemos experimentado casos de caídas de servicios de cómputo de alto impacto.

Para que todos podamos hablar el mismo idioma, hay una organización que define el estándar global más confiable para categorizar los centros de datos de acuerdo con sus características, el Uptime Institute. Existen cuatro niveles de certificación para tres categorías: Diseño, Construcción y Operaciones, siendo el nivel Tier I el más básico y el nivel Tier IV el más robusto.

A pesar de que es necesario empezar certificando el Diseño (planos) y luego Construcción (infraestructura), el objetivo final es confirmar que sabemos cómo operar eficientemente la infraestructura del centro de datos, para esto es el sello de Sostenibilidad Operativa. En este ámbito, las personas y los procesos son clave para asegurar la calidad del servicio y minimizar el famoso “error humano” que debe ser mitigado antes de su impacto. De los cientos de data centers en el mundo certificados Tier III en Construcción, actualmente sólo existen unas 26 empresas que son Gold Tier III de Operaciones, y sólo existen dos en Chile.

Eventos catastróficos, como un terremoto, un incendio o una inundación a gran escala, tienen consecuencias que sí pueden proyectarse, por lo que debemos tener planes de mitigación probados que garanticen el debido resguardo de las instalaciones, procedimientos de respuesta ágiles ante los distintos escenarios proyectados y equipos de trabajo entrenados y listos para actuar en terreno de manera ágil y coordinada una vez que se presente cualquier contingencia.

Este último punto es vital, porque la respuesta no sólo depende de la tecnología o la infraestructura, sino también en la gente. Ese es el gran valor agregado que diferencia algunas empresas de servicios de otras. Cuando se escucha la expresión “se cayó el data center”, generalmente es por fallas humanas. Por esto mismo es esencial, además de tener todos los escenarios cubiertos, saber cómo responder ante una “segunda falla” simultánea, tener el “backup del backup”, por ejemplo, saber qué hacer ante un corte del suministro eléctrico y al mismo tiempo una falla en los generadores, o en las UPS y sus baterías, y sobre todo tener claro qué hacer si se da la eventualidad de que se presente una tormenta perfecta, donde haya fallas generalizadas.

La principal misión de los proveedores de servicios de data center y cloud es velar por la continuidad del negocio y proteger la integridad y seguridad de los datos para que sus clientes trabajen tranquilos sin temer que su servicio se caerá. Entre volar un avión con cuatro motores y un avión con uno solo, no hay donde perderse, tampoco en uno con un piloto primerizo u otro con dos pilotos experimentados que conocen bien sus instrumentos de vuelo, la ruta y los procedimientos a seguir en caso de cualquier eventualidad. Lo ideal es volar en un avión con más motores y pilotos experimentados y entrenados. Lo mismo pasa con los centros de datos: la infraestructura o las personas por sí solas no garantizan evitar caídas, la clave de la excelencia operativa es la combinación de ambos factores.

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